Ya pasaron nueve años desde que por problemas edilicios irresueltos de parte de las autoridades educativas de la provincia, la Escuela 746 “Sudamérica” de Puerto Iguazú sigue en las páginas de los diarios. El conflicto de 2008 siguió a través de los años con bálsamos de promesas. Hoy las obras avanzan muy lentamente, cuando ya debían haber estado terminadas este julio pasado. A la comunidad educativa solo le queda reclamar. Las respuestas que reciben son ambiguas y nada en concreto, según denunciaron. En 2015, de su antigua sede en el barrio Iprodha, aceptaron trasladarse dos kilómetros para ocupar (mientras tanto), el viejo edificio de la Escuela 615. Pero sucedió que este estaba casi inhabitable, “llovía más adentro que afuera” y tampoco reunía las condiciones de seguridad. Fue así que terminaron “al lado”, en el primer piso del nuevo edificio de la Escuela 615. En el viejo barrio la escuela ya había sido demolida para que en marzo de 2016 comenzaran los trabajos. Debía terminarse en 18 meses. Un año y medio después, solamente está armada la base de lo que será el sector inicial. Eustacia González, la directora de la 746, contó a PRIMERA EDICIÓN que en abril pasado la comunidad educativa realizó una marcha por la ciudad en reclamo de respuestas. Entregaron una nota en la Municipalidad. Se acercó la ministra de Educación a interiorizarse del problema, pero hasta ahora “no hubo respuestas claras”.“Ahora estamos mejor ubicados, ya que ocupamos el primer piso de la Escuela 615, pero la convivencia es conflictiva entre los chicos”, explicó.“El tiempo pasa y por el ritmo de las obras pasará bastante tiempo para que se finalicen. El plazo de obra estaba estipulado en 18 meses, por lo cual la misma debía estar terminada en julio pasado. Lo único que está terminado son las zapatas del primer sector de la obra. Ni siquiera respetaron los plazos. No vimos más de siete obreros trabajando. No sabemos hasta cuándo va a seguir esta situación”, se quejó. Por otra parte, comentó que las refacciones y construcciones de otras escuelas de Iguazú “están más avanzadas que la nuestra, cuando en realidad debería haber igualdad para todos, porque son los chicos los que están en medio”, indicó.“Los alumnos están con espacio limitado y eso genera un conflicto a la otra institución. Ellos tienen todo el derecho de protestar porque les estamos ocupando la mitad de su espacio. Inclusive a nosotros los docentes nos genera problemas porque no podemos planificar actividades a futuro”. La directiva alertó que los padres perciben que no hay voluntad de parte de las autoridades responsables. En ese contexto, tienen la intención de rechazar de plano que en 2018 sus hijos comiencen otra vez el año en una escuela prestada. Esto fue confirmado por Florencia Gallardo, quien integra la Comisión de Padres y que desde sus inicios, sigue de cerca esta problemática. “En su momento aceptamos que nuestros hijos pasaran al edificio de al lado. Eso era mejor antes que tuvieran que ser dispersados por otras instituciones escolares de Iguazú. Pero lo que sucedió es que como la 615 era una escuela de jornada completa, debieron dividirse los turnos”. En ese sentido, la mamá contó que el primer día de clases de este año, escucharon quejas de los padres de alumnos de la otra escuela, “molestos porque nosotros ‘los intrusos’ les cambiamos los horarios a los niños. Es muy feo que los chicos tengan que escuchar ese tipo de desprecio. Parece que nadie se da cuenta que los primeros perjudicados son los alumnos”, se lamentó.





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