Sergio De Almeida (58) decidió dar su versión de los hechos en la primera jornada del juicio oral y público que se le sigue en Eldorado. Sin dudar, negó ante los jueces haber aplastado y matado con un camión a su exyerno. Y aseguró sobre aquel incidente que simplemente se vio obligado a realizar una maniobra brusca ante el ataque que la víctima, Oscar Bareiro (29), esgrimía con un arma blanca. El camionero aseguró que ese movimiento provocó que el joven cayera violentamente a una cuneta, donde resultó mortalmente herido, según pudo saber PRIMERA?EDICIÓN. Todo lo ocurrido esa tarde del sábado 14 de marzo de 2015 en barrio Primavera fue observado por varios vecinos, testigos claves de la muerte de Bareiro, quienes asombrados por los hechos intentaron socorrer al muchacho. Cerca del lugar, además, se disputaba un campeonato de fútbol infantil que convocó a un importante grupo de personas. Fueron muchos los que acudieron a la escena. Ante tal multitud, De Almeida aseguró el martes que decidió marcharse del lugar y justificó esa decisión al asegurar que temía por su integridad física, ya que consideró que podía ser atacado por los presentes. El camionero, quien llegó al juicio acusado del delito de “homicidio simple”, ilícito que prevé entre 8 y 25 años de prisión, insistió en su inocencia ante los magistrados María Teresa Ramos, Lyda Gallardo y Atilio León, representantes del Tribunal Penal 1 de la Tercera Circunscripción Judicial, ubicado sobre calle San Juan al 1.900 de Eldorado.En más de una oportunidad, el camionero aseguró que no atropelló a su exyerno. Y ante tal afirmación, el fiscal Federico Rodríguez, titular del Ministerio Público, le preguntó si al menos se percató cuando Bareiro era aplastado por las ruedas traseras del rodado. De Almeida no titubeó y repitió que Bareiro cayó a una cuneta. También declaró que su exyerno casi siempre estaba ebrio, aseguró que en pocas ocasiones estaba sano e indicó que al momento de los hechos estaba alcoholizado.Durante la primera jornada, además, tuvo la palabra la hija de De Almeida y exnovia de Bareiro, una joven de 24 años, quien se ajustó a todos los dichos de su padre. Sin embargo, esa versión fue echada por tierra poco después, cuando se presentaron tres testigos del hecho, quienes primero coincidieron al afirmar que Bareiro no tenía ningún puñal. Después, fueron contundentes al asegurar que el joven fue aplastado a propósito por De Almeida, quien podía “volantear” a la derecha para evitarlo.Otro de los testimonios contundentes fue el del médico forense, quien relató los resultados de la autopsia realizada al cuerpo de Bareiro y confirmó que murió debido a una “fractura de cráneo con pérdida de masa encefálica” al ser aplastado por las ruedas traseras del camión que manejaba De Almeida. El galeno recordó que en la escena fueron hallados restos del pabellón auricular izquierdo de Bareiro, mientras que en la llanta izquierda del camión Mercedes Benz se encontraron restos de sangre humana.La muerte de BareiroDe Almeida llegó al banquillo de acusados por lo ocurrido sobre la calle Yerbal Viejo y Teófilo Solís, a la altura del kilómetro 2 de la tradicional avenida San Martín de Eldorado, en el barrio Primavera.De acuerdo a la reconstrucción fiscal, minutos antes de las 18, Bareiro, De Almeida y su hija mantuvieron una discusión que acabó cuando la víctima decidió marcharse. El joven estaba operado de una pierna y apenas caminaba. Lentamente, arribó a la cancha de fútbol y se encontró con varios conocidos, a quienes les relató que había sido agredido por su exsuegro y su expareja. Para tranquilizarlo, uno de sus amigos lo llevó hasta una vivienda vecina. Es en ese lugar donde se reinició el pleito fatal.Siempre al decir de testigos, arribó al lugar De Almeida, a bordo de un camión Mercedes Benz 1114, con el que comenzó a acelerar de modo amenazante. Para la instrucción, también quedó acreditado que su hija llegó detrás, comandando una motocicleta. Los ánimos volvieron a caldearse y entonces se presume que la mujer comenzó a arrojarle piedras al joven. En determinado momento, Bareiro cayó y, aunque volvió a reincorporarse, no pudo evitar ser aplastado por el camión de De Almeida.





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