El último informe sobre los adolescentes argentinos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) muestra la extrema vulnerabilidad de este segmento de la población. Embarazo adolescente, abandono escolar, trabajo infantil, pobreza y violencia hacia ellos y entre ellos son algunos de los problemas más graves. Los datos sobre la violencia hacia los jóvenes son reveladores: “a pesar de que solo uno de cada 25 adultos a cargo de los niños cree que se los debe castigar físicamente, uno de cada tres adolescentes entre los 12 y los 14 sufre castigos físicos por parte de sus padres y uno de cada cuatro entre los quince y los 17 años. Por otra parte, una de cada diez víctimas de trata para explotación sexual o laboral son menores de 18 años”.Unicef advirtió además sobre el incremento de la violencia entre adolescentes, “según datos aportados por la Unesco, Argentina lidera actualmente los rankings de bullying o acoso escolar en los establecimientos educativos, en la región: cuatro de cada diez estudiantes secundarios admite haber padecido acoso escolar, mientras que uno de cada cinco dice sufrir burlas de manera habitual”.En la actualidad, 3.654 adolescentes de trece a 17 años viven sin cuidados parentales en instituciones y familias alternativas, por ser víctimas de abuso, violencia, abandono o trato negligente. Cuando cumplen los 18 años, se enfrentan a la vida adulta sin tener el apoyo familiar que tiene el resto de los adolescentes, y en la mayoría de los casos sin tener resuelto dónde van a vivir ni de qué van a trabajar.Pobreza y educación En Argentina hay más de cinco millones y medio de adolescentes de entre diez y 18 años y uno de cada dos adolescentes de entre trece y 17 años vive en situación de pobreza por ingresos monetarios. Según el informe de Unicef, al menos medio millón de adolescentes está fuera de la escuela y solo la mitad de los que ingresan finaliza el nivel secundario. El abandono escolar está fuertemente relacionado con el embarazo adolescente y con la inserción temprana en el mercado de trabajo. En la escuela secundaria hoy, tres de cada diez estudiantes transita su escolaridad con sobreedad y esto se debe en gran parte a que han repetido años anteriores o a interrupciones durante su trayectoria escolar previa. Los datos del nivel primario alertan que esta problemática se inicia de forma temprana: entre 15% y 17% de los estudiantes que cursan el último ciclo lo hacen con uno o más años de sobreedad.Entre las principales causas del abandono de los adolescentes de entre quince y 17 años se observan: ingreso al mercado laboral (14%); dificultades económicas para sostener la cursada (8,8%); situación de embarazo o de cuidado de algún hermano/hijo menor (11,3%). Se destaca también un grupo significativo de jóvenes (29,6%) que afirmaron haber abandonado la escuela “por no considerarla necesaria o por no gustarle”.Según datos oficiales la incidencia de la pobreza alcanza a uno de cada tres habitantes pero casi a uno de cada dos adolescentes. El nivel de las privaciones no es homogéneo en el país: la pobreza alcanza a uno de cada tres adolescentes en el sur del país pero a uno de cada dos en el NEA, Cuyo y Centro. Muertes tempranas En Argentina en 2015 murieron 3.533 adolescentes de entre diez a 19 años, lo que representa diez muertes diarias. La mortalidad entre los varones es dos veces más alta que entre las mujeres. Seis de cada diez muertes de adolescentes se deben a causas externas, entre las que se destacan los accidentes de tránsito (asociados a conductas de riesgo que se han incrementado como el consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas), los suicidios y las agresiones. En 2015 se registraron 438 casos de suicidio (tres de cada cuatro correspondieron a varones). La tasa trienal de mortalidad de adolescentes por suicidios pasó de 2,5 durante el trienio 1990-1992 a 6.9 durante el trienio 2013/2015 cada 100.000.Según una encuesta del año 2014, la mitad de la población escolar del nivel medio había consumido alcohol en el último mes. Por otra parte en los últimos años ha aumentado el sobrepeso y la obesidad. En el año 2012, dentro del grupo de adolescentes de trece a quince años, uno de cada cuatro tenía sobrepeso y uno de cada 17, obesidad. Los adolescentes de nivel socioeconómico más bajo tienen 31% más de probabilidad de sobrepeso.Salud sexual y reproductivaEl 15% de los nacimientos en Argentina son de madres adolescentes, dato que se mantiene estable desde los últimos 25 años. La situación empeora, en términos de brechas y desigualdades, si se analiza la información a nivel provincial, en provincias como Chaco, Formosa y Misiones, uno de cada cuatro nacimientos es de madres adolescentes.De manera sostenida unos 3.000 nacimientos al año corresponden a madres menores de quince años, lo que genera una profunda preocupación desde la perspectiva sanitaria, social, legal y jurídica por las consecuencias e implicancias de un embarazo a tan temprana edad. Cuanto menor es la edad de la madre, más probable es la existencia de abuso sexual y mayores los riegos de salud asociados para ellas y sus hijos.En la adolescencia, seis de cada diez embarazos no son planificados. No tienen acceso gratuito a los métodos anticonceptivos que utilizan seis de cada diez mujeres y siete de cada diez varones adolescentes.La maternidad en la adolescencia es más frecuente entre sectores vulnerables y con menor nivel educativo. Casi la mitad de las adolescentes madres se encuentra fuera del sistema educativo al momento de embarazarse y una de cada cuatro madres adolescentes no logra completar la escuela primaria. Asimismo el embarazo en la adolescencia es una importante causa de abandono escolar en la secundaria: una de cada diez abandonó sus estudios por una situación de embarazo o de cuidado de algún hermano/hijo menor.Trabajo infantil Durante la última década, se redujo la incidencia del trabajo infantil en Argentina, aunque en menor medida, en los adolescentes. Según el informe de Unicef, una de cada seis adolescentes entre los de catorce y quince trabaja y una de cada tres entre los 16 y 17 años. Entre los adolescentes más grandes crecen significativamente tanto el trabajo para el mercado como las actividades domésticas intensivas, lo que en general, entra en tensión con la escolaridad. Un 16,3% de los adolescentes que trabajan excede los parámetros fijados por la legislación en cuanto a jornada de trabajo permitida (36 horas semanales) y el 6,1% realiza trabajo nocturno, situación también prohibida por la ley.





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