El martes por la mañana, el efectivo de guardia de los Bomberos Voluntarios de San Vicente recibió un llamado a través del cual le informaron de que en un aserradero había aparecido un ejemplar de tamanduá u oso melero, entre las maderas de un aserradero en inmediaciones del kilómetro 979 de la ruta nacional 14, a unos 4.000 metros del cuartel de bomberos. De inmediato, el hombre convocó a los integrantes del escuadrón de rescate de animales que tienen los bomberos y se pusieron en marcha para capturar al animal.Los bomberos se encontraron con un ejemplar hembra de unos 70 centímetros de alto que buscaba refugiarse de la luz y estaba aturdido por la presencia de los trabajadores. Los integrantes del escuadrón de rescate tomaron un lazo que utilizan habitualmente para esta tarea y lo atraparon. Luego con mucho cuidado lo encerraron en una jaula y lo trasladaron al cuartel.El animal no estaba herido, solo un poco confundido, y no presentó mucha resistencia a sus captores. Por la tarde el oso hormiguero fue llevado por efectivos de Gendarmería Nacional a los guardafaunas del Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables, que lo liberaron en una reserva en la zona de San Pedro.Uno de los integrantes del escuadrón de rescate, Jorge Scheilmes, contó que “siempre nos llaman para capturar animales silvestres que se encuentran en alguna casa. Por lo general es en la parte urbana donde los encuentran y nos llaman. Este es el tercer oso hormiguero que capturamos. Pero también capturamos erizos, coatíes, tatúes y hasta un pichón de yacaré el año pasado. Pero por lo que más nos llaman es por la presencia de víboras y abejas”.El bombero aclaró que “la gente nos llama muchas veces porque ven el animal silvestre y quieren que lo salvemos. Otras veces porque tienen miedo como en el caso de víboras. Como la gente le tiene miedo y sabe que estamos preparados para tratar con este tipo de animales nos llama. En los últimos meses nos llamaron por la presencia de enjambres de abejas que se refugian en algún agujero de un poste de o árbol, o alguna cubierta o bien en las casas. En el caso de animales chicos como erizos, coatíes o comadrejas, que no son peligrosos, los liberamos en algún monte cerca”, sin embargo “cuando sí representan peligro para la gente llamamos a ecología para que los liberen en algún parque o reserva. En el caso de las víboras, llamamos a los serpentarios que hay en la provincia para que los lleven”, finalizó Scheilmes.Fotos: Prensa GN





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