Cuando se acerca el tiempo de la jubilación, muchas personas se deprimen porque ya no tienen que ir a trabajar, ya no está ese compromiso diario del deber que cumplir. Pero Nancy Rodríguez y Carlos Kachorroski no ven el momento de estar libres para dedicarse a full a su emprendimiento de cultivos de cactus, suculentas y kalanchoes, que comenzaron hace dos años. “Fue de casualidad porque uno de nuestros hijos tenía algunos cactus y como viajaba a estudiar nosotros nos comprometimos a cuidarlos”, recuerda Nancy durante el diálogo que tuvieron con PRIMERA EDICIÓN mientras exponían en la feria de la costanera. Ambos residen en Jardín América y vienen a Posadas los sábados para la feria en el Paseo Bosetti y los domingos en la costanera. Cuando cuidaban los cactus de su hijo recibieron la invitación para una expo y tenían vergüenza de llevar poquitos cactus, pero fueron igual y vieron que así estaban muchos. Carlos cuenta que “luego comenzamos a buscar y por Internet podés comprar las semillas. Así fuimos sembrando más y más. En este momento tenemos unas 400 variedades de cactus y unas 70 de suculentas. También tenemos hierbas medicinales, si nos piden les traemos”, relata Carlos tan entusiasmado como su esposa.Incluso dice que “como necesitamos tantas macetas se me ocurrió comenzar a hacer de cemento, las hago con tela y por eso salen rústicas. Otras aprovechamos unas piedras y también las hago. Eso pegó mucho, pero es impresionante como la gente pide cactus y los colecciona, pero también nos piden para souvenires y hasta nos alquilan para decorar fiestas unos cactus altos grandes que tenemos en casa”. El matrimonio tiene seis hijos y todos ya grandes, muchos viviendo en otras provincias, así que comparten su tiempo juntos con una actividad que ambos les gusta. Cuando hablan de sus plantas se encienden entusiasmados y al mismo tiempo orgullosos de tener una gran variedad y a buen precio.Todos los cultivos los realizan en su casa de Jardín América, ubicada al lado del club Alemán, donde sacan de lunes a viernes sus macetas a la vereda para exponerlas. Sorprenden algunas especies muy extrañas de las que Nancy y Carlos solo saben el nombre común, no les interesa el científico porque “la gente te los pide como se los conoce”. Pueden pedir el tentáculos o pulpo, una planta muy simpática casi tanto como el “cabeza de viejo”, un cactus bajito del que le nacen hacia afuera como pelos blancos despeinados. Otro novedoso y raro es el espiralado que puede crecer muy alto y pueden verlo en “El Rincón de las Espinas”, tal es el nombre que eligieron para el emprendimiento de pareja.





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