Tres hermanos, uno de ellos discapacitado, fueron víctimas de dos asaltantes que los despertaron en su vivienda y los sometieron a aterradores momentos a pocos metros del Parque de las Naciones de esta ciudad.Al menos dos delincuentes con los rostros cubiertos con cascos de motociclista irrumpieron ayer, antes de las 8, en una vivienda de la calle Perú al 700. En el predio funciona una carpintería, pero el propietario y su concubina y madre de los tres hermanos -una adolescente de 14 y dos varones de 19 y 22 años- no se encontraban en ese momento y tampoco habían dejado cerrado con llave el inmueble.La dupla de maleantes entró armada a la primera habitación y allí atemorizó a la hija menor y luego a los jóvenes, el mayor discapacitado.Los tres fueron amenazados de muerte para que guardaran silencio y no se movieran. Para reforzar el sometimiento los sujetaron de pies y manos con precintos plásticos y comenzaron a exigirle dinero del dueño del lugar.No tardaron en encontrar una bolsa con 300 mil pesos dentro de un armario de la vivienda y con ese monto huyeron en dos motocicletas: Una Yamaha Cripton roja y negra y una Honda Cross.Una patrulla de la comisaría Segunda dependiente de la Unidad Regional II, se presentó en el lugar a las 8.15, alertada sobre lo sucedido y halló a la adolescente nerviosa por lo sucedido.Con los efectivos policiales desataron a los dos hermanos restantes y se inició la labor de investigación para atrapar a los malvivientes.De las primeras descripciones brindadas por las víctimas directas, se estableció que uno de los delincuentes tenía barba y era robusto de estatura mediana, el restante delgado y alto, y que ambos estaban vestidos con campera y pantalón oscuro y que en ningún momento se sacaron los cascos.Ambos se manifestaron sumamente intimidatorios verbalmente y blandieron revólveres de alto calibre que, afortunadamente, no alcanzaron a gatillar para lograr su objetivo ya que la menor de los hermanos indicó el sitio preciso de la vivienda donde la pareja guardaba dinero.Aparentemente, el propietario de la carpintería y la casa se hallaba con su pareja en la mueblería de Leandro N. Alem cuando se produjo el hecho, lo que levantó la sospecha de que el golpe no fue “al boleo” como habitualmente se denomina, y los protagonistas contaban con datos precisos para concretar el robo.Se montó amplio operativo en la zona con efectivos de comisarías y diversas divisiones de la UR-II para atrapar a los autores.





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