La aplicación de una mayor flexibilización en las normas para aprobar y promocionar en las secundarias privadas de Misiones, dispuestas por el Gobierno educativo de la provincia, nos retrae a una etapa donde el esfuerzo por estudiar quedaba en segundo plano frente a la “necesidad” de que los alumnos pasaran de grado.La nueva medida de carácter experimental, por el momento, no incluye a las escuelas de gestión pública. Calificaciones que se redondean para arriba, talleres de apoyo y evaluaciones extra a alumnos que no superen con 6 las pruebas en el trimestre, entre otras medidas, refuerzan la “ayuda” que el Estado pensó para los que no logran llegar a la nota mínima de 6. Se mantiene incluso la posibilidad de promoción hasta con tres previas y la creación de las tutorías obligatorias en contraturno para los alumnos con previas.¿Qué pensarán los docentes, directivos, incluso los alumnos y las familias de quienes ponen el verdadero esfuerzo por estudiar, no faltar y cumplir con la educación obligatoria? ¿Y los docentes universitarios que tanto cuestionan la formación del secundario que está lejos de ser, en muchos casos para no generalizar, la base para una carrera superior? En principio, esta medida no deja de ser un nuevo salvavidas de quienes especulan hasta el último centésimo para llegar al mínimo que les permita “zafar”. Lamentablemente se siguen creando medidas que nivelan hacia abajo y donde las exigencias para lograr mejores aprendizajes terminan pasando a segundo plano. En definitiva, el que sufrirá las consecuencias será el alumno supuestamente “beneficiado”.





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