El Viernes Santo en Tañarandy empezó al ponerse el sol con la procesión de la Virgen Dolorosa por el Yvága Rape, seguida por los estacioneros y las peregrinas, quienes acompañaron con la oración antigua tradicional y los cánticos lastimeros.Las candelas y antorchas encendidas al oscurecer pusieron el marco mágico a la peregrinación, el descenso de Cristo Jesús de la cruz y las escenas vivientes.En cada estación de este particular vía crucis hay velas hechas con naranja apepú cortadas a la mitad, rellenas con cera y un trapo. Según comentaron los organizadores, este año se fabricaron 16 mil velas. más centenares de antorchas.Además, este año se recordaron los 25 años de Tañarandy y la expulsión de los jesuitas de las reducciones. La representación fue presenciada por miles de turistas ubicados alrededor de la laguna de La Barraca y en torno al retablo dorado, obra del artista Koki Ruiz.Además de recordar la pasión y muerte de Jesucristo, se tuvo la puesta en escena de los cuadros vivientes. El coro de Ciudad del Este entonó canciones barrocas durante la representación.ArteEn Paraguay no hay flagelaciones ni crucifixiones, pero el retablo de Ruiz captura la esencia de la celebración que anualmente acontece en la comunidad de Tañarandy. Realizada con granos y productos de granja, su obra retrata un vía crucis que no contempla la aprehensión, crucifixión y sepulcro de Jesús, sino cuadros teatrales que recrean la expulsión de los misioneros jesuitas en 1767 por orden del Rey español Carlos III.El retablo del artista paraguayo se inspiró en la historia de su país: donde hoy hay fiesta, hace 300 años hubo una población de aborígenes rebeldes que rechazaron la evangelización llevada adelante por los monjes de la Compañía de Jesús."Hace 25 años puse en marcha esta expresión cultural, pero con raíces católicas. Consiste en celebrar el vía crucis con elementos autóctonos de Tañarandy, en donde viví mi infancia antes de radicarme en Asunción", comentó Ruiz."En los primeros años, la autoridad eclesiástica local no vio con buenos ojos mi obra artística realizada en la granja de mi familia, pero con el correr del tiempo la aceptó", agregó.El artista hace algunas variaciones a su obra año con año y este 2017 decidió concentrarse en la expulsión de los jesuitas a mediados del siglo XVIII. En aquel entonces, los miembros de la Compañía de Jesús trataron de evangelizar a 30 pueblos de aborígenes con una población de 40.000 individuos.Sincretismo"A lo largo de la presencia de la Compañía de Jesús entre 1587 y 1767 hubo decenas de lugares constituidos por los indígenas mbya guaraníes nómadas en Paraguay, Argentina, sur de Brasil y Uruguay que se negaron a ser reducidos", dijo la historiadora Adelina Pusineri. Y, según explica, en Tañarandy se reunieron todos aquellos que no aceptaron las enseñanzas católicas y formaron un ejército de indios armados."Hoy su vía crucis es un sincretismo", dice Pusineri.Paraguay expresa su fe y cercanía al catolicismo de distintas maneras, como demuestra la obra de Ruiz. Según explica, su fuente de inspiración no fue directamente la crucifixión de Jesús, sino rituales asociados al catolicismo. "Los vi en mi niñez: los velorios con asistencia masiva de vecinos y amigos y las mujeres, familiares del difunto, vestidas de negro; la silla vacía del muerto en la mesa familiar, los rezos con mucho fervor, los faroles con velas de cebo y otros detalles"."En la actualidad, el legado de los jesuitas es abundante", señaló.Fuente: Medios Digitales





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