Cuando trabajo con organizaciones, y cuando digo organizaciones me refiero a empresas familiares, asociaciones, clubes etc.-, un tema muy importante a poner sobre la mesa es algo que suele pasar inadvertido: no todos los integrantes comparten la misma idea o tienen la misma creencia respecto al tema a trabajar.Es más, a veces, no todos coinciden respecto a la conveniencia de buscar ayuda de alguien de afuera. La información que no tenemos solemos completarla con supuestos, a raíz de lo cual es común que, previamente a la reunión, el que se encarga de las ventas vaya pensando que van a sentarse a dialogar sobre cómo mejorarlas, el que se encarga del personal lo haga pensando en que lo que necesitan mejorar es el clima de trabajo y hasta quizás el fundador crea que ni si quiera es necesaria la reunión para trabajar estos temas.Si bien todos pueden estar de acuerdo en que el objetivo es “mejorar”, no todos lo están respecto a “en qué consiste mejorar” o qué “aspectos se deben mejorar” y este es quizás el primer desafío a trabajar para el facilitador o mediador.En este sentido es importante partir de la base que los comportamientos de los integrantes de la organización son consecuencia natural de lo que han aprendido y su necesidad de ser comprendidos, tomar conciencia de sí mismos y aprender la forma de ser mas humanos, en lugar de ser juzgados.Se pierde mucho tiempo buscando culpables, explicaciones a lo ocurrido, pensando lo que podrían haber hecho, o en qué se hizo pero no debería haberse hecho, pero a la larga, el costo de discutir cuestiones como estas es altísimo, sobre todo relacionalmente y cuando se trabaja con empresas familiares.Es conveniente iniciar con una etapa de evaluación y diagnóstico que suele obviarse, el objetivo de esta etapa es saber dónde estamos parados, qué está pasando actualmente en la organización, y recoger información.En este proceso de recoger información ya comienzan a verse algunos cambios. Las preguntas suelen funcionar como disparadores de reflexión que mueven a las partes a cuestionamientos, que los llevan a modificar puntos de vista.El diálogo es la herramienta fundamental para considerar aspectos del sistema en el cual se está trabajando tanto como las características individuales de las personas que están en él, por eso deben generarse previamente las condiciones para que este diálogo sea fructífero.Es muy importante que todos los involucrados tomen la idea de “proceso”, muchas veces sucede, que ante las primeras preguntas disparadoras, ya se toman decisiones, sin haber transitado el proceso propuesto que tiene su sentido y su porqué, y, si no se respeta, se dejan riquezas sin aprovechar o datos cruciales sin tener en cuenta que quizás nos hubieran permitido tomar mejores decisiones.Esta etapa dará el puntapié inicial para clarificar cuáles son los objetivos que se persiguen y los intereses de todos y cada uno -siempre los hay de unos y de otros-, cuestión fundamental a clarificar ya que para saber hacia dónde dar el primer paso debemos saber primero a donde queremos llegar.ColaboraValeria [email protected] 3764-510132





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