Esta es la historia casi mágica de un pueblo que este año decidió redoblar la apuesta y no solo sorprender con sus atractivos adornos navideños realizados con material reciclado, sino también hacer lo propio durante la Semana Santa. Casi sin proponérselo, este grupo de vecinos le otorga un valor agregado a “su” Capioví, elevando la propuesta para los turistas como en pocos lugares del país y que le permitirán lucirse en estas Pascuas.Ya es reconocido a nivel nacional por sus destacados adornos de Navidad. Capioví, la “tierra prometida” de alemanes y suizos, este año, con esmero y trabajo colectivo, adorna su plaza principal poniendo una bella pareja de conejos de Pascua, “cupcakes”, “maffins”, huevos y dulces, para acompañar los eventos a realizarse desde el sábado 8 al domingo 16 de abril en el municipio, conmemorando la Semana Santa, con recorridos a iglesias, museos, shows y exposiciones de artesanos. Recreando un escenario similar al de los cuentos, Úrsula Kleiner y Marta Werle -con el apoyo de la Municipalidad-, son las ideólogas de este folclore local, que hace nueve años se viene practicando en todo el pueblo, primero en Navidad y ahora en Pascua. “Quizás la idea original surgió de un grupo cerrado, que quería ver al pueblo lindo, pero al gustarles a la gente, se hizo una actividad que envuelve a todo el municipio, porque cada habitante colabora con algo. Traen botellas, bolsitas, todo tipo de residuos o vienen a trabajar en la creación. Lo cierto es que todos ayudan”, contó Marta Werle a PRIMERA EDICIÓN, aclarando que “por eso es muy difícil responder cuando preguntan: cuántas personas están atrás de esto, son muchísimas”, rió.Cómo hacer que tu pueblo se vuelva un cuento mágicoSi bien hay técnicas y conocimientos que ayudan a materializar las ideas, Marta y Úrsula, contaron que el secreto que da el toque de magia a todo esto, es disfrutar y trabajar en comunidad. “A nosotros esto nos gusta, todo lo que son trabajos artísticos, trabajar con la gente”, destacando que “es como una identidad local porque acá en Capioví para construir la escuela o la iglesia, se hizo de la misma forma que este evento: entre todos, en conjunto, con voluntarios, con gente que fue apoyando”, aseguró orgullosa Werle. El tiempo es un factor que influye mucho en estos eventos. Para Navidad, les lleva prácticamente todo un año de trabajo, dedicando entre siete y ocho horas al día de labor. Sin embargo, Marta, explicó que en este caso “al tener acopio de material -procesados y medio que armados, por Navidad- el tiempo que nos lleva es menor, comparado al evento que se hace en diciembre. Esta vez empezamos a trabajar en febrero para terminar en marzo. Siempre con gente que nos viene a ayudar al taller”, dijo. Y así llega a su fin el relato de la historia de este pequeño lugar de la “tierra colorada”, que como vio que alegraba muchos corazones en Navidad, cada vez que se vestía de fiesta, decidió esmerarse un poco más y sacar sonrisas en Semana Santa. Para saber más de ella solo hay que visitarla y así contribuir a difundir el compromiso de una comunidad que poco a poco se va fortaleciendo a partir de algo digno de imitar: la solidaridad, el trabajo en conjunto, donde cada uno pone su cuota de esfuerzo y el resultado final está a la vista, el reconocimiento y el lucimiento de un Capioví que cada vez luce más “gigante”.El efecto más preciadoUno de los efectos más destacados de estos acontecimientos es el cuidado del medio ambiente y la limpieza del pueblo. La capacidad de convertir la basura en preciosos adornos, disparadores de sueños en niños y ejemplo del cuidado de la naturaleza para los adultos. “Nos damos cuenta de que las personas en vez de tirar las botellas en el basurero, juntan y nos las entregan. Lo mismo pasa con las bolsas de leche en polvo, las bolillas de los desodorantes. Nos piden más lugares donde depositarlas. Gente que antes de ir al trabajo pasa a dejarnos todo lo que necesitamos para seguir creando”, comentó Werle. El deseo de ver a su localidad vestida y contemplada por otros, se suma a la intención de prosperidad para los capiovicenses, por eso apuestan a que el evento atraiga el turismo, que la gente considere como opción visitar, pasear, disfrutar y llevarse una artesanía o un dulce, del pueblo esmerado y coqueto, que se preparó para recibir a los turistas. “Se busca que la gente venga, compre y se aloje acá, dejando algún tipo de ingreso en el municipio porque eso nos permitirá que nosotros también sigamos haciendo cosas para Navidad, porque trae un beneficio económico para la localidad”, aseguró Werle.Fotos: Gentileza Marta Werle




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