En 1443, un francés llamado Jacques Coeur, armador de galeras, pidió al rey Carlos VII que le dejara tomar por la fuerza a la conocida en aquella época por el nombre de la “chusma”: mendigos, vagabundos u ociosos, para que sirvieran como remeros en las galeras por falta de voluntarios para tal arduo trabajo. Se producía así el nacimiento de una de las peores penas que los condenados han sufrido a lo largo de la historia: la pena a galeras. La pena se imponía por la Comisión de Delitos Denigrantes o por Reincidencia, cuando no podían hacer prever la rehabilitación del condenado (según la teoría de la pena vigente). La legislación de la época establecía que la pena de muerte impuesta por delitos calificados, robos, asaltos en caminos y otros delitos semejantes a éstos, o mayores, o de otro tipo, debían conmutarse por la de galeras por más o menos tiempo, no siendo menor de dos años, atendiendo a las circunstancias de los hechos o a la condición de la persona, pero siempre que los delitos no fuesen tan graves que fuera imprescindible la imposición de la pena de muerte. Los hombres condenados a las galeras fueron denominados galeotes y como norma se asignaban cinco hombres para bogar en cada remo. Esta pena se creó para reforzar la lucha contra los piratas. En la foto, el actor Charlton Heston en una escena de la película Ben Hur (1959). La película es uno de los tres únicos filmes que han conseguido once premios Oscar, junto con “Titanic” y “El señor de los anillos: El retorno del rey”.




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