Además de las pérdidas humanas y materiales, el tornado que azotó a esta localidad norteña el lunes 7 de septiembre de 2009 marcó un rotundo cambio en el comportamiento del clima de la región. Según un informe del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) fue el más intenso que se produjo en la zona desde hace al menos 50 años. Si bien fueron varios los fenómenos registrados en una escasa cantidad de tiempo en esa misma jornada, el que mayor intensidad presentó fue categorizado como un F4, con vientos superiores a los 410 kilómetros por hora.El nacimiento del tornado se produjo en la zona de Pozo Azul y se dirigió hacia el Este-Sudeste, hacia el paraje Santa Rosa, ocasionando la muerte de once vecinos, hiriendo a un centenar y destruyendo todo a su paso. “Recorro mucho, hablo con todos, y la deducción es que el clima está empeorando cada vez más, de manera global. Existe una tendencia que esto aumente y puedo decir que en cinco años se puede triplicar la cantidad de fenómenos tipo tornados. Y triplicarse la cantidad de fenómenos de granizo y de mucha lluvia en poco tiempo”, lamentó el meteorólogo aficionado Marcelo Kusik. A su entender, los fenómenos extremos no se detendrán. Y destacó la tarea de alerta temprana con posibilidades que en un futuro cercano se pueda brindar información concreta y correcta sobre los fenómenos.“No se tenía registro de ese tipo de fenómenos, y la intensidad solamente se puede medir a través de los daños que registran”, manifestó tras regresar a aquel escenario sampedrino que, a pesar del paso de los años, sigue transmitiendo tristeza y desolación tanto en los pobladores como en el paisaje. Algunas familias se fueron del lugar pero las que se quedaron tienen en mente que esto volverá a ocurrir. “Es una certeza extraña”, dijo, después de detenerse junto al monolito (a 150 metros de la Ruta 14) que se levantó en la zona del desastre y que guarda las placas con los nombres de los fallecidos. La zona se llama paraje Santa Rosa y es allí donde se produjo la muerte de la mayor cantidad de pobladores. Más de la mitad de la gente se quedó en la zona. Se vendieron muchas chacras a valores muy bajos y como eran montes con árboles caídos y triturados, tuvieron que empezar todo de cero. La actividad que más se observa es la cría de ganado en grandes extensiones de los potreros pero ya no existen plantaciones grandes, solo hortalizas.Insistió con que desde 2009 cada fenómeno del Niño viene acompañado de desastres mucho más intensos. El 2014 fue uno de esos años que mostró la furia con terribles inundaciones en la costa del río Uruguay, que se comparan con la de 1983. El 2015 fue el año más caluroso del planeta. Este año, con la Niña, tuvimos una merma de los fenómenos pero aumentó la cantidad de eventos de granizo durante el invierno y heladas tardías afectando a plantaciones de tabaco y verduras. También afecta la economía de la provincia. En la yerba mate, el té, los rindes fueron cada vez menores. Este año se produjo un mesociclón y aunque no hubo testigos del embudo fue algo similar lo que afectó a la zona de Colonia Paraíso (San Pedro) con la muerte de una mujer.Señales extrañasEl titular del Servicio Meteorológico del Centro de Misiones (SeMeCeM) confió que el sábado anterior a la tragedia se vieron elementos extraños en los modelos de predicción pero también en la atmósfera y en todo lo que rodea al clima de la zona. “Fue algo muy distinto, pero también nos quedó en la mente lo que es la preparación de un fenómeno meteorológico. La presión fue bajando rápidamente. Se escuchaba en las radios que decían que el clima se sentía muy pesado, que el calor era muy fuerte, que no había viento. En la Estación Meteorológica medimos la presión más baja de la historia que fue de 993 hectopascales cuando lo normal es de 1013. Todo eso fuimos sumando durante las 48 horas previas al fenómeno”, graficó. Dieron el aviso del sábado, y el domingo lo reiteraron con algunos medios de la zona. El lunes 7 de septiembre estuvo totalmente despejado. Durante la mañana hubo dos chaparrones en la zona y luego precipitación de granizo sin lluvia. También lluvia sin nubes. “Fue la previa a un fenómeno tan extremo, fueron señales. Era la calma total y se escuchaba todo lo que pasaba alrededor, como en las películas de tornados”, recordó, cuando pasaron siete años de aquella fatídica noche. Después llegó un frente frío y seco que fue el causante que se desarrollen estas tormentas y según el SMN “se formó el embudo, el eje de este sistema de baja presión, en la zona Pozo Azul, y fue allí donde creció y avanzó hacia el paraje Santa Rosa”. En la zona se habló de una cantidad superior a los cinco tornados. El F4, fue el mayor y causó el desastre pero tornados pequeños como el F1 y F2 fueron incalculables en ese mismo instante, confió Kusik, al tiempo que agregó que “nunca antes se vio acá ni en el Sur de Brasil un sistema de tormentas que genere una cantidad enorme de tornados menores pero con una sola tormenta severa que causó la gran cantidad de daños”. Por problemas personales, no pudo viajar a la zona devastada en el día posterior y aún lo sigue lamentando. “El trabajo fue mucho. La solidaridad fue grande. Ahora estamos más preparados. Los municipios, el individuo, las familias. Es como que comenzó a darle más importancia. De todos modos, hay que tomar los recaudos necesarios, el Estado tiene que ver qué modificar en cada municipio, en las zonas vulnerables, hay mucho trabajo por hacer. Hay zonas donde la gente tiene mucho miedo por que vuelva a pasar. Hay que hacer algo para revertir la situación porque a partir de 2009 aumentó considerablemente y de cinco a diez años va a triplicarse en cantidad y en magnitud”, señaló. Uso de la tecnologíaKusik agradeció a Dios porque hoy por hoy se puede tener un registro y saber el movimiento de las tormentas, hay mucha información que fluye en el momento mismo en que está siendo afectada una zona. Citó los grupos de wathsapp, los grupos del clima, que se van armando a lo largo de la provincia y dijo que “es como tener una estación meteorológica móvil en cada rincón de la provincia. Hay que dar un mayor uso a la tecnología, hay que empezar a exprimirla mucho más, para tener ese flujo de información que a quienes estamos en el tema del clima nos interesa”. Celebró porque en los últimos años los municipios comenzaron a tomar más en serio a esta cuestión. “Aumentaron las consultas que realizan para saber, por ejemplo, la cantidad de agua que puede caer en una zona agrícola o si puede ocasionar inundaciones”, acotó. Desde su lugar no se cansa de repetir que el cambio climático es irreversible, que cada vez hay más gases nocivos en la atmósfera, menos árboles, más demanda de alimentos, energía
y combustibles, y más calor y deshielos. El planeta es castigado y muestra su furia con desastres naturales, tornados, tifones, huracanes, inundaciones y sequías. Fecha claveEn la jornada del 7 de septiembre de 2009 se registró una serie de tornados. El más violento fue un el F4, con ráfagas de hasta 410 kilómetros por hora. Fue el tornado con mayor escala en Misiones, seguido del tornado del 6 de noviembre del 2014 que azotó al barrio Malvinas San Vicente, con una categoría F3.En los próximos tres años se podrá experimentar un niño más agresivo que en los últimos 50 años. También se podrá pasar de un niño extremo a una niña muy severa.Lás víctimasEn el cementerio de Tobuna descansan los restos de Antonio Vicente (49), Analía De Lima (69), Belén Borges (7 meses), Javier César Chagas Cordero (12), María Laura Da Rosa (2), María Priscila Da Rosa (3), Daniela Fátima Dos Santos (9), Micaela Milagros Medeiro (5), Cleberson Dos Santos (7). En el cementerio de Campiña fue sepultada Patricia Isabel De Matos (3) y Eva Ferreyra (81). Hubo más de cien heridos y una pérdida incalculable de bienes materiales.
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