El peor de los finales tuvo la búsqueda de Ramón Ángel De Lima (53). El changarín había sido denunciado como desaparecido por su hermana el último sábado por la noche. El martes, finalmente, fue hallado asesinado, enterrado en un pozo de medio metro de profundidad en una chacra de Colonia Alberdi. Dos vecinos de la zona fueron detenidos por el hecho, al tiempo que la causa pasó de la carátula “desaparición de persona” a la de “homicidio”.Dos machetes y un hacha fueron secuestrados en la vivienda de los acusados, emplazada a escasos 40 metros de la fosa en la que la víctima fue encontrada por las autoridades. No sólo eso los apunta como presuntos autores: testigos aseguraron haberlos visto junto a De Lima en un bar de las inmediaciones, antes de que se lo tragara la tierra.Según pudo saber PRIMERA?EDICIÓN, la historia con triste final comenzó a gestarse el sábado por la noche, cuando la hermana de la víctima -de 51 años- se presentó ante la guardia de la comisaría de Colonia Alberdi, a 30 kilómetros de Oberá, para denunciar que su hermano, quien vivía al lado, no había regresado a casa.Los efectivos iniciaron entonces una investigación por “desaparición de persona” mediante la cual reconstruyeron lo último que se sabía de De Lima.Esa pesquisa permitió determinar que el changarín había salido horas antes de su vivienda, sobre la ruta provincial 5, cerca del llamado mirador de Alberdi. Más tarde, testimonios permitieron ubicarlo junto a dos vecinos del lugar en un bar del pueblo, de donde se retiraron ya entrada la madrugada del último domingo.La lupa de los investigadores se posó entonces sobre esos dos sujetos, de 21 y 41 años, domiciliados en Paraje El Chapá, a unos cuatro kilómetros de la zona urbana. Al decir de testigos, se supo entonces que al salir del comercio el trío fue hasta ese humilde inmueble, con paredes de madera, donde aparentemente habría continuado con la “ronda de tragos”.Sin embargo, eso no fue todo. Los testimonios aseguraron haber escuchado discusiones y gritos en esa chacra. Ante esta situación, la magistrada Alba Kunzmann de Gauchat, al frente del Juzgado de Instrucción 1 de Oberá, ordenó un allanamiento.Ese procedimiento comenzó ayer por la mañana, se prolongó hasta entrada la tarde y resultó determinante. En la escena, una comisión encabezada por el jefe de la comisaría de Alberdi y el subjefe de la UR-II procedió a la detención de los sospechosos. En ese mismo lugar también secuestraron dos machetes, un hacha y prendas de vestir que -se investiga- serían de la víctima.Esos indicios permitieron confirmar la principal hipótesis de los detectives, que habla de una feroz disputa entre la víctima y los dos detenidos por cuestiones del momento, quizás profundizadas por la ingesta de bebidas. No obstante aquello, restaba aún hallar el cuerpo de la víctima.Una recorrida por la chacra en cuestión permitió dar con el cadáver. Los policías llegaron al mismo después de toparse con una suerte de pozo vacío recientemente realizado para la sustracción de tierra.Diez metros más adelante, todo terminó de cerrar. Allí se encontraron varios restos de basura -botellas, maderas y gajos de árboles- que escondían una fosa de unos 50 centímetros de profundidad. En ese pozo, finalmente, apareció el cuerpo de De Lima. Estaba en avanzado estado de descomposición, lo que no permitió establecer con certeza si presentaba algún tipo de lesión externa. Por eso, la Justicia ordenó una autopsia, a la espera -además- de las pericias realizadas por Criminalística de la UR-II.Los detenidos fueron trasladados a la comisaría, donde quedaron a disposición de la Justicia, que les tomará declaración indagatoria en las próximas horas. Sobre la principal teoría, lo ya dicho: una feroz reyerta en medio de una ronda de tragos. Colonia Alberdi, de poco más de 500 habitantes y poco acostumbrada a hechos de esta envergadura, anoche aún no salía de su asombro.





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