Si todo avanza según los planes, antes de julio de 2017 el país y Misiones tendrán un nuevo Parque Nacional que se sumará a los 33 ya existentes en el territorio argentino. El proceso de convertir a la reserva de 5.160 hectáreas en el segundo Parque Nacional de la provincia tiene dos vías que avanzan a buen ritmo, según confirmó a PRIMERA EDICIÓN el secretario argentino del Comité Ejecutivo de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), Mauricio Perayre. La primera es la vía jurídica que se inició con el traspaso de la Jurisdicción de la EBY a la Dirección Nacional de Parques; luego seguirá la norma provincial respectiva autorizando la creación y finalmente, la declaración propiamente dicha a nivel nacional. La segunda vía es la de la que se desarrolla por estos momentos en el campo ubicado en Candelaria y al borde del Paraná, entre los arroyos San Juan y Santa Ana. En el predio, tanto la EBY como Parques Nacionales ya hicieron pie para relevar y preservar, en tanto esta última dependencia le da los toques finales a un plan de manejo que lo vinculará con las atracciones turísticas del sur misionero, a la vez que dentro del espacio preservado, desarrollará circuitos de visita que pondrán en valor la riqueza ambiental y la histórico-cultural. “La idea es que sea Parque Nacional. Hoy por hoy es un área que adquirió Yacyretá para compensar parte del territorio inundado. Está declarado por la EBY como reserva pero no tiene un estatus legal que requiere de otros pasos. Nosotros ya acordamos con la Nación, y es la Administración Nacional de Parques la que gestiona el estatus legal con la Provincia. En cuanto a biodiversidad, la motivación de la EBY fue conservar una hectárea protegida por cada hectárea inundada. Hoy tenemos 105 mil hectáreas inundadas y 150 mil protegidas, lo que significa que hemos superado el uno por uno que se estima adecuado en conservación y compensación, con la garantía de los fondos para conservación a perpetuidad” explicó el funcionario, que sigue de cerca el proceso. “Parques Nacionales siempre tuvo interés en esta área. Chevez, que fue un precursor de las áreas naturales protegidas, estaba altamente interesado en la conservación del Campo San Juan. La APN no sólo tiene la intención de conservar sino de poner el valor histórico cultural todo lo que allí se encuentra” agregó Perayre. Lo que podremos ver Para darnos una idea de lo que podremos ver en el futuro Parque Nacional, Perayre detalló los planes de la Administración Nacional de Parques: “Ya tienen un programa donde establecieron pautas para armar las zonas de uso público, un camping agreste, senderos de interpretación, cartelería. Va a existir un portal de ingreso similar a los que hay en otros parques, una definición del recorrido cultural vinculando los viejos hornos, el viejo ingenio, la vieja cantera. Por otro lado habrá senderos de interpretación en plena selva, y luego otros senderos por el campo propiamente dicho. Se está pensando también en un ingreso por el río, algún servicio que lleve a los turistas para ingresar por las costas del Paraná. Quieren hacer un huerto jesuítico similar al que existía en las reducciones y trabajan fuerte en el levantamiento de alambrados y la puesta en valor del cementerio que existe y que tiene restos de inhumaciones de entre 1920 y 1950”. El predio se convertirá además, explicó, en “un eje muy interesante a nivel turístico, ya que para el turista nacional o internacional, un parque nacional tiene un atractivo mucho más fuerte que una reserva privada”. “Realmente es de estos típicos casos en que todos ganan. Gana la EBY, gana la provincia, gana Parques”, asintió. Lo que vendrá Todavía no se definió si la gestión económica del futuro parque se hará por concesión, como sucede con otras áreas protegidas del mismo estatus. Lo que sí está acordado es que en los primeros tiempos de existencia del parque, la EBY no se retirará del todo sino que colaborará con sus equipos técnicos. “Supongo que la definición respecto de la gestión tendrá que ver con que Parques confirme el aforo de visitantes que calcularon en las previsiones. Las autoridades de APN nos dijeron que están ansiosos por sentarse con la provincia a acordar estrategias unificadas entre el Parque y todo el entorno turístico cultural como una integralidad” comentó el funcionario de la EBY. Antes del traspaso, la entidad contrató a una ONG que realizó un plan de manejo, que conforma la información de base que se entregó a Parques Nacionales, “aunque lógicamente la dependencia nacional hará su propio relevamiento de biodiversidad”. El área, agregó, ya fue declarada importante para la preservación con más de 400 especies de aves y se constató la presencia de mamíferos. “Uno de los aspectos más significativos es la conservación de uno de los ambientes menos protegidos de la Argentina que es el campo misionero con isletas de Urunday, una de las zonas que tiene mayor fragilidad y que sufrió el mayor impacto con la ganadería y la forestoindustria”, detalló. Ante el anuncio del traspaso de la jurisdicción a Parques Nacionales, la Provincia reaccionó con desagrado y reafirmó su intención de reclamar la “recuperación” del manejo del área. Ante ello, Perayre recordó que un parque nacional, por su propio estatus, siempre tendrá garantías de sostenibilidad y de conservación. “Surgieron algunas voces altisonantes planteando alternativas distintas pero creo que cuando el director de la EBY, Humberto Schiavoni, despejó las dudas y los funcionarios provinciales confirmaron que van a ser parte del proceso y que va a estar integrada su visión de turismo como una de las principales industrias, entendieron que nosotros nos sumamos a la provincia y no al revés”, dijo, por lo que consideró que “está limada esta cuestión y podemos avanzar”.La revuelta de los indios, un atractivo“A poco de creado el Territorio Nacional de Misiones en 1881, durante la presidencia de Julio Argentino Roca, su hermano, primer gobernador don Rudecindo Roca, había construido un ingenio azucarero en el lugar hoy conocido como Campo San Juan, pocos kilómetros al sur de la localidad de Santa Ana. Ese campo poseía notables ventajas para cualquier tipo de producción. Ya lo habían advertido los jesuitas, quienes habían fundado allí una de las principales estancias del pueblo de Santa Ana” recordó en un trabajo reciente el historiador Alfredo Poenitz.“Pero a pesar de contar con maquinarias de alta tecnología para la época, traídas especialmente de Francia, el campo San Juan no progresó tal como esperaba don Rudecindo. El general se fundió, a pesar de tener a su servicio en calidad de encomenderos toda una tribu numerosa de indios de La Pampa, trasplantados a lejanas tierras por el delito horrendo de defender bravamente l
a tierra de sus padres…”. “Y estos aborígenes, comandados por el famoso cacique Yancamil, de gran predicamento entre sus pares, provocaron una gran revuelta que culminó con algunos heridos y la fuga de toda la familia pampa”, finaliza el relato que detalla los pormenores de una de las más ricas historias de la región, que sin embargo es poco conocida.“Es una triste muestra de clases dominantes que utilizaron este poder, y sin dudas esto se va a poner en valor, realmente la revuelta de los indios en el ingenio del entonces interventor del área, hermano del entonces presidente, es una historia digna de ser contada” refirió el secretario argentino del Comité Ejecutivo de la Entidad Binacional Yacyretá, Mauricio Perayre, quien reveló que una de las ideas de la Administración Nacional de Parques es poner al alcance de los visitantes este conocimiento.“La cuestión cultural en torno del Campo San Juan es muy fuerte, tiene ocupación desde 1600 en adelante y hay documentación de la presencia de los jesuitas” afirmó. La propuesta incluye también poner en valor las cuencas de los arroyos en el marco del programa “agua buena”, y esto “va de la mano sí o sí de los municipios”. “Tiene que darse una sinergia entre todos para que funcione, porque el Parque Nacional va a ser de todos”, finalizó.





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