El pasado martes 8, la escritora correntina, Graciela del Carmen Zaimakis de Abraham llegó a PRIMERA EDICIÓN y presentó, ante un auditorio numeroso, sus cinco obras. La velada culminó siendo una noche de muchas emociones, anécdotas y relatos.Graciela, quien se define como esposa, madre y abuela, nos contó que se inició como escritora once años atrás y los libros nacieron como “mensajes” que le llegaban en los sueños. Al principio, los mensajes eran de su padre ya fallecido quien se los trasmitía, pero siempre al despertar “me olvidaba de esas conversaciones y decía: ‘papá teneme paciencia y ayudame a entenderte’”. Con el tiempo, Graciela comprendió que tenía que anotarlas porque debía recordarlas para compartirlas con los demás. Entonces, dejó sobre la mesita de luz un cuaderno con un lápiz porque cada vez que las charlas llegaran ella las anotaría: “y ya no se escaparían”. A partir de ese momento, las comunicaciones en los sueños fueron más recurrentes. Graciela, aún dormitando, las anotaba en forma de garabatos que al día siguiente las interpretaba. Ya en estado consciente continuó desarrollando las ideas a las que llamó “mensajes, porque siempre había un personaje de referencia. Así salieron los libros”.Actualmente es autora de cinco obras, las cuales tienen conexión entre sí. Allí nos ofrece ejercicios de meditación y métodos para “calmar y callar a la mente”. Porque de ella surgen los miedos que “son las armas que tiene el intelecto para limitarnos”. En sus escritos nos comparte “un simple dejarse llevar y escuchar a nuestro espíritu, que no duerme. No lo compliques, antes de dormir toma un vaso de agua y decile al Ser superior: ‘te derivo mi problema’ y mañana se resolverá. Escuchá al alma y todo saldrá bien”.Las cinco obras de graciela zaimakis• En el silencio Lo encontrarás• El Dorado saber del Silencio• Celestialmente antiestrés• El Evangelio gnóstico de Tomá• Poesías del alma mía. Los cinco libros, que tienen conexión entre sí, recorren una serie de métodos de meditación y técnicas para “callar la mente y escuchar el espíritu”.PorSusana Breska [email protected]





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