Pero ¿cómo puedo motivarlos?”, tal vez preguntes. Comparto dos maneras que jamás fallan: Transmitiéndoles seguridadLa opinión de mamá y papá es “palabra santa” para un niño. Nuestros hijos están muy atentos a nuestra reacción (nuestra mirada), ante cada cosa que hacen. ¡Seguramente ya te habrás dado cuenta de ello! Nuestra devolución siempre debería brindarles seguridad. Tristemente muchos padres transmiten inseguridad con frases tales como: “Sos un tonto”; “sos un inútil”; “tu hermano/a lo hace mejor”; etc. Pero felicitarlos, cuando hacen algo bien, o explicarles las consecuencias de sus malas acciones, puede hacer una enorme diferencia a la hora de trasmitirles seguridad que los conducirá a su autonomía. Una mirada positiva y de amor incondicional construye hijos sanos, motivados y seguros de sí mismos. Una criatura que tiene la mirada de seguridad de sus padres no necesitará la mirada de los demás en la adolescencia y la adultez para ubicarse; tampoco irá por la vida en busca de aprobación ajena porque ya fue aprobado antes. En cambio, aquella persona a la que no le transmitieron seguridad de pequeña estará siempre atada a la opinión de los otros. Un niño seguro se transforma en un adulto que se ama a sí mismo y sabe lo que es mejor para él/ella. Esta es la forma ideal de criar hijos que conozcan su valor y jamás sean víctimas de maltrato, manipulación y violencia, tan comunes en nuestros días. Siendo un ejemplo a seguirPoderoso motivador es el ejemplo que podemos darles a nuestros hijos, aun sin hablar. Pues, como sus cuidadores, nuestras acciones y actitudes hablan mucho más fuerte que nuestras palabras. Ellos nos observan y acabarán por copiar lo que nosotros hacemos, y no tanto lo que les decimos. Si yo no fumo, si como lo que es sano para mi cuerpo, si dedico tiempo a realizar actividad física, no será necesario sermonear a mis hijos y repetirles que todo eso es bueno para ellos. Nuestros hijos reproducen nuestros hábitos, sean positivos o negativos. Las personas que han sido motivadas por sus padres primero, y luego por aquellos en autoridad sobre sus vidas, son capaces de responder la pregunta: ¿Para qué estoy en este mundo? Y, por supuesto, cuentan con la fortaleza necesaria para alcanzar sus metas y objetivos. No existe obstáculo que pueda detenerlos porque su motivación interior para avanzar es más grande que cualquier otra cosa. ¿Fuiste motivado/a de chico/a? Quizás tu respuesta sea negativa pero no te desanimes. Independientemente de tu edad, podés hoy mismo tomar las riendas de tu vida y motivarte a vos mismo/a con palabras que construyan seguridad en tu interior y te permitan superarte cada día. Es como si de repente te convirtieras en tu propio padre o tu propia madre. ¡Ya no hay excusas!Si tenés alguna inquietud, podés escribirme a : [email protected] StamateasLicenciado en Psicología, Sexólogo Clínico, Escritor y Conferencista Internacional.





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