Paisajes amarilleados, llenos de alfombras crujientes, entretejida con hojas secas que caen y siguen cayendo. Quienes miran la naturaleza saben apreciar ese momento en que los árboles caducan su follaje y se entregan sin resistencia a su propio ciclo de la permanencia sobre la tierra.Las hojas no caen en vano. Lo hacen para impulsar un verdadero cambio, para darse otra oportunidad de nutrición y reverdecer. Ellas y sus vecinas, las plantas que crecen a su lado, se reciclan con ese alimento que tantas veces hemos visto quemar en grandes humaredas.Hoy nos encontramos frente a una crisis que nos trae la oportunidad de madurar y aprender. Solo será cuestión de atrevernos a soltar viejos paradigmas y formatos que amarraron nuestro pensamientos a modelos que, hoy, están caducos y ya no nos sirven para comprender el mundo; pero que -a la vez- nos dan la materia prima para reelaborarlos.Por eso, en este momento te proponemos controlar el entorno. Escuchar y recibir abono de quienes, en el de sus vidas, nos habla con serenidad y sensatez sobre el mundo que nos dejan; con el deseo profundo de que sepamos nutrirnos de las páginas de la historia para recibir nuevo despertar en este mundo.Con la sabiduría de quienes, antes de partir, nos ayuden a crecer.HaikuHojas volando:en el viento sus almasvuelve al árbol.ColaboraAurora Bitó[email protected]





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