Escribir sobre lo que vivió, lo que conoció, lo que escuchó y lo que le contaron los descendientes ucranios en Misiones fue el propósito del periodista Jorge Balanda al bosquejar “Nashi Llude”, el libro que hoy presentará en sociedad. Será a las 20 en la sede de la Asociación Ucraniana “27 de Agosto”, en la calle Perito Moreno 5.275. Se trata de un trabajo dinámico que encierra una diversidad de temas y testimonios de vida que impactaron al autor. “Sus padres y sus abuelos no tenían absolutamente nada. Trabajaron, tuvieron visión, se educaron, y fueron parte importante del crecimiento de Misiones. Son protagonistas de la historia misma de la provincia. Algunos desde las organizaciones agrarias, otros en el comercio, otros en la política. No fueron conformistas. No fueron al club y se quedaron allí, sino que salieron, formaron parte de la sociedad, y se insertaron en ella”, señaló Balanda quien, entre otras responsabilidades, presidió la Colectividad Ucrania de Argentina.Confió que la idea nació cuando, “haciendo un poco de revisionismo personal”, encontró que tenía muchas cosas, que vivió experiencias, que conoció a mucha gente y lugares, referidos a la colectividad. “Me pareció que había cuestiones que valían la pena que quedaran escritas, registradas, en algún lugar”. Así, fue recordando hechos, personas, anotando nombres, anécdotas, pensando siempre en una publicación breve. Pero apenas iniciado el proceso, las páginas se fueron duplicando, el volumen se fue ampliando, contabilizando en un abrir y cerrar de ojos, cerca de 300 páginas. Leyendo y releyendo borradores en al menos dos períodos de vacaciones, Balanda se dio cuenta que narraba cosas que estaban en la memoria de muchos, pero no de la mayoría.Hizo un paréntesis en la organización del evento, para destacar la predisposición de los protagonistas, y lamentó que dos de ellos: Elías Andrujovich y Demetrio Koropeski, fallecieran mientras daba forma a esta historia. “Pude hablar con la mayoría y a los que ya no están, los puede conocer. En casi todos los casos me relacioné de una u otra manera. Por ejemplo, a Juan Zbihley lo visité un par de veces en el molino. Era un hombre instruido, amable. Me contaba cuestiones ligadas al proceso de la yerba mate. No sucedió lo mismo con los Hnatiuk, sobre quienes hay un trabajo familiar de recopilación además de otro que hice en bibliotecas de Buenos Aires, echando luz sobre el primer plantador de té de Misiones”, manifestó.Admitió que hubo historias que le impactaron. Como la de “ese hombre que los 13 años decidió ir a trabajar a la otra punta de la provincia y después fundó una gran empresa. Me dejó pensando que quienes dieron un paso cualitativo fueron, fundamentalmente, aquellos que lograron estudiar; el valor de la educación; la preocupación del inmigrante por que su hijo asistiera a la escuela, como si fuera una materia pendiente. Es que muchos vinieron pequeños y no pudieron ir a la escuela, o concurrieron durante los primeros grados. Después había que trabajar la tierra, además de lidiar con la carga de la barrera idiomática. Hubo colonos que alquilaron una casa y mandaron a todos sus hijos a estudiar a Posadas. Hay notables coincidencias de empresarios que tuvieron la misma vida, estudiaron y son prósperos”. Balanda, que no se considera escritor sino periodista de redacción, se siente satisfecho porque, de esta manera, “quedará registrado lo que la mayoría desconoce. Me parecía justo. Los pioneros fueron la semilla y esta gente son los frutos”.Después de haber pasado por diferentes facetas dentro de la colectividad, consideró que “escribir sobre lo que viví, conocí, escuché, lo que me contaron”, es como la frutilla del postre. Emocionado, aseguró que este es un trabajo “que está cargado de buenas intenciones. Sé que hay mucha otra gente que contribuyó, se destacó. Seguramente dirán que me olvidé de alguien, pero había que poner un límite a la publicación”. No descartó una segunda parte pero “quizás más adelante alguna otra persona con las mismas intenciones haga una historia con los que faltan que seguramente son muchos, como hay alemanes, suizos, polacos, que se destacaron, que construyeron o ayudaron a construir esta hermosa provincia”.Comprender el conceptoEn el prólogo, el historiador apostoleño Esteban Snihur explica que “nunca se entenderá la intención de este libro ni se interpretará lo que aquí el autor cuenta si no se entiende el concepto de ‘nashi llude’, que literalmente traducido al idioma castellano podría interpretarse como ‘nuestra gente’”. Pero, siempre a decir de Snihur “es una traducción literal, limitadísima en su significado y pobrísima en su alcance conceptual. Incluso si nos quedamos con esta traducción literal incurriríamos en una interpretación equívoca de esas dos palabras en idioma ucranio. Es más, no existe en castellano una palabra que sea equivalente a esa expresión”.Sostuvo que “cuando un descendiente de ucranianos pronuncia ‘nashi llude’ está haciendo referencia a un estado del alma, a un sentimiento, a una visión del mundo que le es propia, pero que al mismo tiempo lo vincula, lo integra y lo hace parte de un grupo. Es lo que permanece en el tiempo, es la esencia de un modo de ser, de una forma de existir, de vivir, de creer, de pensar, de dejar la vida y de morir. El ‘nashi llude’ cohesiona e identifica. Un bisnieto o tataranieto de ucranianos que vive en Misiones si se llegara a encontrar con un ucraniano de Sebastopol, o de Lviv o de Kiev, etcétera, sentirá que en el contacto se genera la atmósfera del ‘nashi llude’, aunque nunca se hayan visto antes”.Snihur, que tendrá a su cargo la presentación del libro, recuerda que desde el arribo del primer contingente de inmigrantes ucranianos a Misiones transcurrieron ya 119 años y “el concepto de ‘nashi llude’ sigue vigente. Identifica y da cohesión a la pervivencia de una cultura, de una forma de vida, de un modo de ser en el territorio de Misiones. Era necesaria esta aclaración, muy especialmente para aquellos lectores que pudieran desconocer la idiosincrasia y el sentir los ucranianos y sus descendientes, evitando con ello que el ‘nashi llude’ fuera interpretado en un sentido netamente literal, lo cual hubiera llevado a un distorsión del mensaje y a una falsa visión de la inmigración ucraniana en Misiones y al propósito del título del libro”.





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