Era hijo de inmigrantes calabreses. Padeció severos maltratos en su infancia. Pasaba el día vagando por las calles. No acudía a la escuela porque era expulsado constantemente por su mala conducta. Debajo de su cama solía guardar aves muertas. En varias oportunidades llevó a niños de corta edad a un baldío cercano a Parque Patricios, donde los apedreaba y estrangulaba. Alcanzó a enterrar viva a una nena de dos años. Mató a cuatro niños, intentó asesinar a otros siete e incendió varios edificios. Preso en la cárcel de Ushuaia, los otros internos lo asesinaron porque mató a un gato, la mascota del penal.





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