Ahorcada por el rojo de las cuentas que crece mes a mes en el sector eléctrico a raíz de las tarifas congeladas y la caída de los subsidios nacionales, la Cooperativa Alto Uruguay Limitada (Caul) de 25 de Mayo planteará a las autoridades provinciales una disyuntiva: o que el Gobierno cree un fondo compensador que le posibilite a las entidades eléctricas la supervivencia en un contexto complejo, o que la empresa Electricidad de Misiones Sociedad Anónima (Emsa) se haga cargo de la provisión de energía en su área de concesión, en la que hay 8.800 conexiones rurales que demandan un despliegue operativo demasiado caro. El presidente de la entidad, Freddy Frank, planteará el inédito “a todo o nada” en una reunión clave que mantendrán hoy las autoridades de la Federación de Cooperativas Eléctricas de Misiones (Fecem) y el ministro de Hacienda de la provincia, Adolfo Safrán. Según dijo a PRIMERA EDICIÓN, la cooperativa tiene a cargo el servicio eléctrico en 300 mil hectáreas que abarca su área de concesión, tanto en zonas urbanas, como en grandes franjas rurales. Los últimos aumentos tarifarios a nivel nacional hicieron que las facturas que deben abonarle a Emsa por la distribución sea imposible de absorber con el cuadro tarifario actual , por lo que tienen un déficit de dos millones de pesos mensuales que ya acumula unos veinte millones en total. Lo que esperan ésta y otras entidades con gran cantidad de clientes en la zona rural es que se cree un fondo compensador que cobre un poco más a los usuarios residenciales de toda la provincia para subsidiar de alguna manera a los usuarios rurales, que generan pérdidas por las grandes distancias que hay que cubrir para llegar con la energía y atender los reclamos. “Sé que se van a enojar porque planteo esta realidad, pero las cosas hay que decirlas. Nosotros somos muy prolijos con los números, tenemos menos personal que el que necesitamos, intentamos por todos los medios salvar la institución y mantenerla a flote, pero el déficit en el servicio de energía ya es imposible de sostener sin poner en riesgo a la entidad” explicó Frank. El dirigente señaló que la situación se complicó también con la aplicación de la tarifa social ampliada a un universo mayor de beneficiarios. “Antes de aplicar la tarifa social, la boleta de Emsa nos venía cuatrocientos mil pesos. Después de la tarifa social recaudamos mucho menos y la boleta subió a un millón novecientos mil pesos. Se modificó la tarifa a nivel nacional, los sueldos subieron 40%; subieron los aportes, todo lo que está a precio dólar subió un 50% y nosotros recaudamos mucho menos. Nuestro problema es absolutamente grave” explicó Frank, quien aseguró que por esta cuestión crítica “lo mejor que puede pasar es que el Estado se haga cargo de la concesión”. La traba principal en esta última alternativa es que “si nosotros perdemos dos millones, Emsa va a perder el triple, porque la eficiencia es distinta”, por lo que a su criterio, sería una mala solución.





Discussion about this post