Las tareas de ampliación de la red de agua potable, en casi 1.800 metros a la redonda, fue realizada por las mismas personas del barrio. Tanto esfuerzo y trabajo duro llegó a su fin y con ello se cerró más de dos años y medio de trabajo duro.El beneficio alcanzaría a unas 150 familias y, si se cumplen algunos acuerdos previos, el Eprac brindaría financiación para que "podamos conectarnos a un costo accesible", expresó el presidente barrial Rafael Marcenaro, al frente de las obras que significó un trabajo conjunto entre lugareños, Municipalidad y entes afines. “Vivo en este barrio hace 40 años y nunca tuvimos agua potable”, expresó Marcenaro al contar que esta semana se procederán a los estudios y pruebas para evitar posibles roturas a causa de la presión e iniciaríamos los trámites ante la prestataria para gestionar los medidores domiciliarios.





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