Parece mentira, pero en pleno siglo XXI la sombra de la mutilación genital femenina (MGF) aún planea sobre miles de niñas recién nacidas. En la mayoría de los casos, esta práctica tiene lugar antes de los 15 años, y no aporta ningún beneficio a la salud. Al contrario, las víctimas de la MGF pueden tener hemorragias graves, problemas urinarios, quistes, infecciones, infertilidad y complicaciones del parto, por no hablar de las consecuencias a nivel psicológico y sobre la salud sexual.Según la Organización Mundial de la Salud, “la MGF es reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas. Refleja desigualdad entre los sexos, y constituye una forma extrema de discriminación de la mujer. Es practicada casi siempre en menores y se trata una violación de los derechos del niño”.La lucha contra la MGF es una carrera de fondo, pues se trata de una costumbre muy arraigada en numerosos puntos del planeta. Las estimaciones indican que, si la tendencia continúa, en 2030 unos 86 millones de niñas en todo el mundo sufrirán algún tipo de mutilación genital.





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