¿Qué pasaría si las bolsas de plástico se convirtieran en un abono ideal para devolverle fertilidad al suelo? Eso mismo se preguntaron los investigadores de la esfera del Bioplástico y en la actualidad esas bolsas no sólo se fabrican, sino que hace siete años están a la venta en el mercado local. Se trata de un producto 100% sustentable, con lo cual hace posible que se lo pueda desechar en un compost y en 30 días (máximo) la bolsita se transforma en tierra. No tiene componentes químicos, de hecho la pintura que se utiliza es tinta al agua, y se disuelve al primer contacto con los líquidos. Si se utilizan adecuadamente, es decir para arrojar únicamente desechos orgánicos que se producen en las viviendas o empresas, y una vez repletas van a la tierra o a una maceta, al mes se transforman en abono de primera calidad.“Al día de la fecha todavía nos queda mucho por aprender del bioplástico que se desarrolla a partir de productos 100% vegetales y naturales, con resinas renovables presentes en el almidón del maíz, de la mandioca o la papa y se están buscando otras alternativas para que a futuro no entre en conflicto con la producción de alimentos”. Quien habla es Sergio Guelman, socio gerente de Plastimi, primera en innovar en Misiones respecto de éste producto en las bolsas plásticas ecológicas.“Una de las cosas interesantes de esto es que investigadores y productores de Misiones en conjunto con nosotros (por Plastimi) se está investigando para encontrar un punto de equilibrio para que una cosa no afecte a la otra, mucho más en un contexto de crisis de alimentos, de precios, etcétera”, explicó el empresario en una larga charla con PRIMERA EDICIÓN en la cual explicó detalladamente cómo en Misiones, los emprendedores de la industria del plástico quienes -desde hace algunas décadas- atraviesan una crisis por causa del problema con las bolsas de polietileno; se trabaja y sigue aprendiendo a la fecha sobre las posibilidades de innovación en la esfera del bioplástico.“Si esas bolsas se usan para separar desechos orgánicos, por un lado, y lo inorgánico, por otro, se evita la contaminación. Inclusive si se entierran esas bolsas compostables con los desechos orgánicos se puede llegar a producir un abono ideal”, prosiguió el empresario."Esa es una manera distinta de ver cómo -en realidad- todo vuelve a encajar en una cadena productiva, porque estoy generando un elemento saludable que va a permitir devolver fertilidad a la tierra, nada se pierde”, puntualizó Guelman. Según sus especificaciones, en Misiones los expertos están buscando desarrollar las resinas para la confección de este producto, porque en la actualidad se están importando el 100% de Europa las resinas necesarias para su fabricación. Por ahora no existen posibilidades de contar con el material en Argentina ni en Brasil ni cerca. Pero si podemos traer estas investigaciones a Misiones y lograr que la fécula de la mandioca sea la materia prima que nos permita desarrollar el material, íntegramente en Misiones, es un desafío muy importante que estamos asumiendo”.Pruebas y experimentacionesSegún siguió explicando Sergio Guelman, las investigaciones marchan a ritmo sostenido, “hemos hecho cientos de pruebas en compostajes, en diferentes tipos de suelos y con diferentes tipos de basuras orgánicas. La calidad va a tener que ver con ese factor”.Dijo el empresario: “Hoy en día, en el mundo el 50% de los desechos sólidos urbanos son orgánicos, entonces este producto compostable viene a ayudar para mejorar el tratamiento que se le da a la basura en las grandes urbes, donde hay una fuerte consciencia sobre la separación en origen, algo que aquí recién se está tratando de iniciar”. DiferenciasEn un resumen general Guelman destacó que tanto las bolsas compostables como las biodegradables tienen su importancia, ya que la primera servirá para tratar la basura orgánica y la otra para otro tipo de residuos reciclables como cartón, papel, vidrio y demás.“Utilizadas con consciencia y como corresponden ninguna dañará el equilibrio del ecosistema. Es importante para ello invertir en educación”, finalizó.





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