Las consecuencias de las malas gestiones en el Instituto de Previsión Social de Misiones (IPS) siguen apareciendo diez años después de que sus titulares hayan tomado decisiones desacertadas, poniendo en riesgo el patrimonio de todos los misioneros.Sabido es que el ente cuenta no sólo con propiedades sino hasta con forestaciones en algunos municipios donde se invirtieron los fondos de quienes aportan mes a mes su alta cuota previsional y de obra social-mutual desde la administración provincial, como desde los municipios.En este caso, puntualmente, hay que referirse a la autorización de una concesión concretada hace ya unos años por el hoy diputado nacional clossista, Jorge Franco y el exsubsecretario de Gestión Estratégica, Sergio Dobrusin, del exhotel de Turismo (hoy Panoramic), ubicado en la ciudad de Puerto Iguazú, en una zona privilegiada. Un patrimonio de los afiliados al IPS entregada a manos privadas por dos décadas a cambio de una reforma de las instalaciones y un canon posterior. Sin embargo, en una cláusula -que los mencionados deberían explicar las razones de su inclusión-, se establece que a los diez años de permanencia, la concesionaria puede solicitar poner en marcha la opción de “compra” del predio por una suma establecida en 2005 en 400 mil dólares (a valor de hoy unos 6,2 millones de pesos). Una cifra a todas luces mínima frente a la propiedad que se pretende negociar.Desde la Legislatura ya se advirtió que no existe una autorización para la venta. Aunque la actual gestión del IPS, encabezada por Carlos Arce (que no firmó ese convenio) debe definir la legalidad de la solicitud de la empresa concesionaria. Pueden ocurrir tres escenarios: que se haga lugar y se venda, discutiendo un nuevo precio; que no se venda (como lo pretende el vicegobernador Herrera Ahuad); o que se judicialice la cuestión (como amenazan los diputados del radicalismo). Lo curioso del caso, son las pocas voces que se levantaron frente al futuro de un patrimonio especial que se puede terminar entregando por pocos pesos. Lo que queda claro, es que se termina en este debate legal, y hasta filosófico, por medidas irresponsables de quienes no se hacen ningún cargo de lo que firmaron y decidieron poniendo en riesgo el patrimonio de todos los misioneros como si fuera propio.





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