Mientras un esquema de inversiones aún en estado de anuncio genera moderadas expectativas de reactivación de la actividad y el consumo, las señales de la economía son contrastantes y revelan situaciones críticas, como es el caso de la caída del empleo en los grandes centros urbanos, una realidad que está trayendo -por arrastre- un incremento de la informalidad y la precarización laboral.Un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) alertó a este respecto al detectar que en el mes de agosto pasado, la cantidad de ferias de venta informal de indumentaria y otros productos, conocidas como “saladitas”, alcanzó la cifra récord de 656 en distintas ciudades del país.El número implica un crecimiento de 15,1% respecto a una medición de la misma Came del mes de febrero, a partir de lo cual, según el sondeo, se incorporaron 5.557 millones de pesos a la recaudación de la venta ilegal, lo que representa una suba de 1,4% en los últimos seis meses. Según la entidad empresaria, la venta ilícita “rondará los 66.700 millones de pesos en todo 2016”.El monto es importante en sí mismo y como demostración de que la actividad informal tiende a crecer por doble vía; supliendo los puestos de trabajo que se eliminaron en los últimos meses, a la vez que dando una respuesta pragmática a la caída del poder adquisitivo de los salarios y por ende del consumo popular. La informalidad, en el consumo como en la actividad comercial, por añadidura, le hace perder fuertes sumas al Estado en concepto de recaudación impositiva, algo que debería preocupar en términos de administración pública. Las arcas del Estado se pierden de recaudar, solo por IVA, casi 14.000 millones de pesos al año”, estimó el informe de Came. La entidad expresó alertó sobre “el crecimiento descontrolado del formato saladitas” y adelantó un diagnóstico complicado a futuro: “Se precarizan las condiciones de producción, comercialización y empleo de la economía”.




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