Nuevamente, bajo la consigna “Creciendo y creando en la diversidad. Educar para crecer en un ambiente sano”, alumnos y docentes de cuarto y quinto grado de 24 escuelas que componen el circuito III de la zona capital se comprometieron no sólo con su entorno, sino también con el medio ambiente, y dedicaron parte de su tiempo a investigar soluciones aplicando las “4R” (reutilizar, reciclar, reducir y recuperar), que presentaron este jueves en la Escuela Normal Superior Estados Unidos de Brasil.La supervisora escolar e ideóloga del proyecto, Catalina Jure, explicó a PRIMERA EDICIÓN que a través de este encuentro se movilizó a los chicos a hallar soluciones innovadoras y novedosas a problemáticas actuales e intervenir sobre ellas. Así fue que se ocuparon de la contaminación del suelo, del agua, del aire, la extinción de las especies o el desgaste en el cuidado de los bosques, por ejemplo.Jure destacó que una característica de las instituciones participantes es que muchas son relocalizadas o afectadas por la relocalización, “por eso nuestra preocupación es que se pueden afincar a pesar del desarraigo fuerte que tuvieron en algún momento y como hay escuelas con problemáticas no sólo sociales, sino también naturales, por animales, basura, lugares que no son cuidados, los chicos tienen proyectos para remediar esas situaciones”.Asimismo, subrayó que “aquí no hay premios, es simplemente mostrar el trabajo curricular, el que los chicos hacen con sus propias manos, porque nosotros buscamos que las escuelas tengan sentido de pertenencia y que no pierdan su identidad, que sean lo que tienen que ser en el lugar que es contextualmente”.Pensando en la economía familiarAsí, por ejemplo, los chicos de la Escuela 820, del barrio El Porvenir 1, atentos a que son una institución rural, dejaron al público que se acercó atraído por un invernáculo construido con botellas plásticas “sin palabras”.Aldana y Guadalupe manifestaron que eligieron trabajar en un invernáculo porque “nos ayuda a mantener las plantitas en tiempos de helada o caída de granizo”.En tanto, Arturo, docente responsable del grupo, remarcó que “somos una escuela de tercera, con grados acoplados, nos pidieron un proyecto innovador y, como tenemos una huerta ecológica a cargo del maestro Jorge Gamarra, nos pusimos a trabajar en la idea de reciclar botellas, dándole una solución económica a la gente del barrio, sumamente eficiente, porque en caso de una granizada o helada la botella ayuda a que la temperatura dentro del invernadero suba diez grados”, además se trata de un material mucho más resistente, capaz de soportar tanto el sol como al granizo.La Escuela 548 no se quedó atrás con “Somos lo que comemos”, una huerta orgánica familiar apta para producir en espacios sumamente reducidos, al punto que media docena de plantas de frutilla dejaban ver sus frutos en una botella de 2.25 litros. Y ni hablar de los morrones, tomates cherry, cebollitas y especies aromáticas cultivadas en baldes, cajones, etc.Pensando en el medio ambienteLos estudiantes de la Escuela 675 titularon a su proyecto “Lavamos el agua”, palabras sumamente acertadas para presentar jabones elaborados a partir de aceite de cocina usado.“Los chicos investigaron y acercaron distintos proyectos y este resultó ser el más factible. Con agua, soda cáustica y aceite, un batido importante de casi tres horas se obtiene un jabón de buena calidad. Además, se le puede agregar colorante, aromatizante, hierbas medicinales”, aseguró la docente y añadió que “también estamos exponiendo cuadros de todos los grados, hechos con tapitas, corcho, cartón, plástico, papel, que hicieron con la profesora de plástica”.Mientras que las niñas elegidas para presentar la idea contaron que “como la soda cáustica es corrosiva, los elementos a utilizar deben ser de madera o plástico. Entonces, por litro de agua se añaden 200 gramos de soda cáustica y se revuelve hasta que la mezcla esté homogénea, se agrega un litro de aceite usado lentamente, sin dejar de batir, siempre en el mismo sentido y, una vez que toma consistencia espesa se pone el colorante, aromatizante y hierbas medicinales, si se quiere, se mezcla y se coloca en moldes, donde se deja secar”.De esta manera, contribuyen al cuidado de la tierra y el agua, puesto que “se calcula que un litro de aceite puede contaminar hasta mil litros del líquido vital”.Los anfitriones, la Escuela Normal Estados Unidos de Brasil recordó a la Patria en su Bicentenario con un sin número de elementos realizados con distintos materiales, tapitas, botellas, papel, entre otros.





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