Unas 90 mil de esas familias no son propietarias de la tierra donde habitan y 80 mil tienen Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), expuso con preocupación Santiago Ros, titular del organismo. “No puede hacerse mejoramiento porque no son propietarios del suelo. El primer mejoramiento es agua potable pero antes tenemos que solucionar el problema del suelo”, explicó.“De esos 105 mil terrenos que necesitamos, hay casi 80 mil NBI. No son sujetos de préstamo de ninguna naturaleza. El Estado tiene que concurrir a apoyarlos”, agregó. Luego amplió: “Tenemos 12 mil familias que viven en asentamientos informales urbanos”. Doce mil familias representan un promedio de 40 mil personas.Ros agregó que “este problema tiene tal magnitud que necesitamos resolver de manera barata, mucha y rápida. Porque en este sector se concentra el 50% de la población menor de 18 años, en este sector se concentra el 45% del embarazo juvenil y alrededor del 40-45% de las violaciones intra familiares y otros problemas sociales. Se trata del 25-30% de los habitantes de la provincia”, dijo. Explicó que se buscarán soluciones baratas y rápidas para los sectores más humildes porque la clase media puede arreglarse con los créditos bancarios y otras herramientas financieras. “La solución habitacional que pensamos brindar es la más mínima posible porque lo importante es la tierra. Nos olvidamos de la vivienda tradicional, vamos a una mucho más modesta con capacidad de ampliarse”, dijo.“Ya estamos buscando terrenos más chicos de 7,5 metros de frente, dejando de lado 10×30 metros. Sabemos que no cumplen con normativas municipales”, sostuvo pero se debe ignorar o modificar algunas normas con el fin de solucionar este problema.Situación económicaSegún el titular del Iprodha, la situación económica y principalmente la obra pública están pasando un momento muy malo. “El año pasado terminamos mal, pasamos de septiembre a diciembre sin recursos nacionales. Este año un par de meses con sequía total. En el medio hubo una devaluación y un proceso inflacionario acelerado. Los fondos después no vinieron con la secuencia lógica. Eso provocó una enorme licuación de los créditos que teníamos nosotros, que tenían las constructoras, el sector empresario comenzó a endeudarse”, relató. Además, entre abril de 2015 y abril de 2016 el costo de la construcción se incrementó 52%, esto provocó un descalabro tremendo en el sector.“Una bomba atómica”En agosto del año 2015 había 10 mil obreros registrados trabajando, pero el mes pasado apenas fueron cinco mil, incluyendo a los irregulares. El impacto de las obras paradas es “descomunal, es una bomba atómica”, enfatizó Ros. “Nosotros tenemos la suerte de tener el 40% parado de una parte de las obras. El resto del país tiene todo parado, bajo tierra, no existe”, dijo y reconoció que muchas obras actuales se repiten en el próximo presupuesto porque no se podrán concretar este año. La crudeza y la precisión de algunos datos dejó desorientados a algunos diputados opositores. Desde el cimbronazo en la economía, que el funcionario dijo se inició en octubre, se han paralizado las obras en cinco hospitales además de otras cuarenta obras en escuelas y centros de atención de la salud.





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