Las peleas entre alumnos tienen varias características que se condicen con los tiempos que corren. Las situaciones de violencia que se viven dentro de la escuela y que, a su vez, reflejan las que suceden afuera; la tecnología al alcance de las manos y el morbo por ver sumado a la pasividad frente a lo que ocurre. Aquel que reproduce horrorizado el video en las redes sociales, colaborando a su viralización, no es diferente al alumno que filma sin intervenir. Estas características hicieron que este tipo de hechos se replique. En los últimos días ocurrieron dos casos similares que involucran a adolescentes que pelean entre sus compañeros que además los incitan a continuar mientras estas escenas son perpetuadas a través de un video.Sin ir más lejos, en el hecho más reciente: <a href="https://www.youtube.com/watch?v=mfxkdUBcHvU">dos jovencitas se pelean en plena plaza San Martín de Montecarlo</a>, una de ellas alumna de la Escuela Normal 2 y la otra asistiría a la Escuela 725. Según trascendió, el encuentro estaba pautado desde antes: las alumnas habían concertado verse en la plaza para pelear, información que circuló entre los estudiantes que también acudieron a la cita, no para pelear, sino para ver. Así, la situación se pareció mucho a un espectáculo donde todos miraban y filmaban pero nadie intervenía. El hecho conmueve a la comunidad porque en circunstancias similares, hace unos años, un adolescente murió a raíz de una pelea con su compañero.“Me acercaron el video y pude identificar que una de las alumnas es del segundo año de nuestro establecimiento”, señaló la directora de la Escuela Normal 2, Nora Argüello, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN. “Estamos haciendo las averiguaciones y vamos a tomar las medidas disciplinarias correspondientes pues la alumna llevaba el uniforme de la institución”, agregó. Hablar del temaArgüello se mostró sorprendida por los hechos de violencia entre los jóvenes y opinó que “debemos volver a hablar de estas cosas que pasan, porque no es solamente con alumnos de la Normal 2, hay otras escuelas que deben sincerarse y enfrentar el tema porque es un problema en varias escuelas y como sociedad tenemos que asumir la responsabilidad de lo que nos pasa, como también los padres que son responsables. Estas chicas pudieron haberse matado porque todos miraban, se divertían y filmaban, habían ido a ver una pelea pero pudo haber terminado en tragedia y hoy estaríamos hablando de otra cosa. Nosotros como establecimiento educativo vamos a hacer nuestra parte, pero los padres también tienen que hacer su parte y la sociedad nos tiene que ayudar”, expresó.La directora de la institución apuntó como uno de los responsables a la ausencia de los padres en la crianza de los hijos, situación que consideró “cada vez más notoria”. “Los padres tienen que dejar de mirar para otro lado y venir a la escuela para que podamos hacer un trabajo en conjunto; nosotros solos no podemos y hay padres que se desentienden de la crianza de sus hijos. No podemos esperar a que ocurra una tragedia para hacer algo, empecemos a hablar en serio de estas cosas. También le pido a la Policía que nos ayude, porque esto no va a parar, esto va a empeorar si no hacemos algo”, remarcó.Para finalizar, se lamentó por la situación en la que se encuentra la juventud. “Nadie se preocupa por los jóvenes, nos alarmamos cuando pasan estas cosas pero no estamos haciendo nada para ayudarlos. Nosotros vamos a asumir nuestra responsabilidad como escuela, espero que los directivos de la otra institución hagan lo propio, que los padres asuman la suya y la sociedad también”, finalizó.No dieron explicacionesEl subcomisario Celestino Medina es jefe de la comisaría local y aseguró a PRIMERA EDICIÓN que se enteró “a través de las redes sociales” porque “ni padres ni directivos de las escuelas radicaron ninguna denuncia ni pidieron ayuda, que sería lo ideal para poder dar intervención a las instituciones correspondientes para que ayuden con la difícil situación”, reflexionó.Medina señaló que no es la primera vez que se enfrenta a situaciones parecidas, la diferencia radica que, en otras ocasiones, siempre la Policía era convocada. “Íbamos, hablábamos con los chicos, se podía prevenir antes que el problema siga empeorando, porque estas cosas no se solucionan dejando, estas cosas crecen y empeoran si no se interviene”. Aseguró que citó a la directora de la Normal 2 “para reunirnos y poder realizar un trabajo en conjunto”.Por su parte, Jorge Lovato del Consejo de Seguridad de la Comuna, confirmó a PRIMERA EDICIÓN que esta semana estarán organizando una jornada con un cuerpo multidisciplinario para abordar la problemática. “Estamos en contacto con la directora Argüello para que la semana que viene podamos concretar una charla con todos los alumnos, padres y la comunidad en general a fin de intentar ponerle un freno a esta problemática que es muy grave”, explicó.Finalmente aseguró que no hay estadísticas de este tipo de hechos porque “generalmente la gente no denuncia, no tenemos estadísticas, pero tememos que esto continúe y por eso vamos a hacer un trabajo en conjunto con todos los actores de la comunidad que quieran ayudar para que esto no se repita”, finalizó.También en PosadasEn las últimas horas salió a la luz un nuevo video que, esta vez, fue filmado en la ciudad capital. Se trata de dos alumnos varones del Instituto Posadas que, también con uniforme, pelean frente a la mirada de sus compañeros en una zona cercana a la escuela. Lo hacen hasta que un par de vecinos se acercan, los separan y los acompañan hasta la institución. El video llegó a las redes sociales al otro día de conocido el caso de Montecarlo. ¿Se estará frente a una nueva tendencia “viral”?“Hay una cultura que acompaña el consumo de alcohol y la violencia” “Hay un marco cultural que acompaña y contiene no sólo el consumo abusivo de alcohol por parte de los chicos, sino también la violencia entre ellos. El alcohol motiva a que los chicos se desinhiban y que esto se transforme en conductas de riesgo, como descontrol sexual, descontrol de sus relaciones personales… un cóctel demasiado peligroso”, advirtió este viernes el autor de “Diversión peligrosa, hijos en peligro”, Adrián Dall’Asta, quien disertó en esta ciudad en el marco del Congreso para Jóvenes invitado por Fundación Osde. Dall’Asta es fundador del Proyecto Padres y actual Director Ejecutivo. Dictó más de mil conferencias sobre la problemática adolescente en ámbitos empresarios, universitarios y secundarios. Es abogado, licenciado en Ciencias Sociales y Humanidades y se dedicó muchos años a la docencia en el nivel secundario. Según contó a PRIMERA EDICIÓN, “acompañé a muchos chicos en el viaje de egresados y hace unos quince años empecé a ver en mis alumnos estas mutaciones en el formato de diversión, c&o
acute;mo se empezaba a instalar el tema del alcohol como requisito para divertirse y luego se transformó en un fenómeno masivo con las mismas respuestas e inclinaciones que yo había visto en mis alumnos”. A su entender, “la premisa es que no se necesitan las drogas ni el alcohol para divertirse. No se trata de prohibir nada sino de elegir bien. Creo que hay una especie de interpelativo cultural u obligación de pasar por el alcohol para poder divertirse. La ‘previa’ para desinhibirse. La idea es comenzar a buscar las razones y motivos por los que ésto sucede, pero también buscar otras formas de divertirse”.Al analizar las posibles causas de este fenómeno, Dall’Asta se refiere a “una mezcla entre las crisis personales, crisis de sentido o falta de valores y el marketing y el negocio. Una persona en crisis es una oportunidad de negocio para el mercado. Hay una transformación cultural del paso de la felicidad a la diversión, no importa tanto si uno es feliz o no, lo importante es que uno se divierta. Y el alcohol es una sustancia que permite ser más divertido”. Para Dall’Asta, la incidencia de la familia es fundamental. “Los padres hemos cedido a falacias como ‘igual van a tomar, es mejor que lo hagan bajo nuestra mirada’”. Mencionó que, en Buenos Aires, según datos estadísticos, el 50% de las previas son avaladas por los padres. “Si nosotros como adultos nos corremos de lugar, nuestros hijos obviamente van a seguir de largo porque están buscando adultos que los ordenen. En este fenómeno hay una influencia de lo cultural pero mucho también de la cuestión comercial y publicitaria. Creo que nuestros jóvenes hoy son un gran negocio”. En este sentido, opinó que “el problema somos los adultos, no los jóvenes. A los jóvenes le damos la charla, pero el mundo que criticamos lo formamos los adultos. Los chicos son el reflejo de los problemas que tenemos los adultos. Por eso, el primer cambio debería partir de los adultos, de las casas, y los chicos serán un reflejo de este cambio también. El mundo adulto es el que los recibe con alcohol, es el primero que tiene que cambiar”. Para el entrevistado, “la prohibición por sí sola nunca cambia nada, pero es muy importante que exista un marco legal acorde a lo que buscamos. Me parece un gran avance el tema del Alcohol Cero en la conducción, como también lo es la prohibición de la venta de alcohol a menores (ley nacional) que en general se respeta muy poco”. Pero el problema no está en la ley sino en las personas, “si no cumplimos la ley difícilmente cambie el problema. Pero sin ley tampoco es posible educar”. Según indicó, en general los adolescentes responden muy positivamente en las charlas.Las multas a padres, un escudo contra las peleasLa sanción económica parece ser la manera de parar esta situación antes de que se vaya de las manos. Ante la aparente pasividad de los padres de los alumnos involucrados en las peleas, fue necesaria la intervención de la Justicia para ponerle un freno a la situación. En el BOP 17 de Posadas, un padre hizo una exposición en la Policía denunciando que su hijo era “permanentemente agredido” por otro estudiante de la misma institución. La respuesta de la Justicia fue la aplicación de multas, con sanciones económicas que van desde los 700 hasta los 2.500 pesos para los padres de los menores involucrados. Si bien esta es la excepción, no la regla, parece ser una solución acertada, porque desde ese entonces, la vicedirectora del BOP 17, Beatriz Castelli, aseguró que disminuyeron notablemente las peleas entre los alumnos. Castelli señaló, en declaraciones periodísticas, que desde el momento en que comenzaron a informar a los padres que cada pelea entre alumnos acarreaba una multa por ser considerada una contravención, las mismas se redujeron. Otras de las medidas que tomó la escuela fue prohibir los celulares en la institución, pues es la manera que tienen los jóvenes de organizar los encuentros y, con los mismos aparatos, filman las peleas y luego suben los videos a las redes sociales, situación que “ayuda” a que continúen replicándose.





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