(Nota publicada el 4 de septiembre de 2011 en el suplemento EDICIÓN) Una joven pareja de novios que lograron combinar el trabajo con el placer. Ambos, acostumbrados a realizar trabajos voluntarios, se conocieron a través de la fundación Un Techo Para Mi País. Construyendo casas para familias humildes comenzaron una relación en la que todo coincide, como piezas de un rompecabezas: ambos aman la vida ecológica, la tierra, la naturaleza y las plantas. Él es biólogo y vino a Posadas para realizar una tarea de voluntariado en la reserva urbana Rincón Nazarí, se enamoró y acá está.Lucía Barreyro y Tobías Reichenbach acaban de regresar de su viaje a Alemania, donde ella conoció a la familia de él. Allá, su amor por la tierra y las plantas lo llevó a seguir recuperando jardines, aunque en aquel país “todas las familias le dedican tiempo a la tierra. Juntos mantienen sus jardines y los fines de semana siempre hay algo para hacer”, cuenta Lucía, fascinada después de lo que vio.La idea de ambos es lograr que Posadas se convierta en un eterno jardín, lleno de verdes, con plantas nativas, aprendiendo a reconocerlas y elegir las que más guste a cada uno para sus hogares.En Posadas, ya son muchas las familias que buscan tener un patio con diseño y ese es el emprendimiento de los jóvenes: diseñan, trabajan la tierra, eligen las plantas y también siguen con el mantenimiento, pero “queremos que se sume la familia, que conozcan las diferentes especies que tienen y cuando vamos, les pedimos que trabajen con nosotros. Muchos quieren hacerlo, principalmente si hay niños en la casa. A los chicos les encanta y no hay nada más lindo que descalzarse y regar las plantas”.Tobías aún aprende el español y Lucía se encarga de traducir. “Sabe bastante, pero cuando le hablan rápido no entiende mucho”.El paisajismo hace muchos años que está en boga en diferentes países del mundo y grandes capitales, pero ahora está llegando a Posadas con más fuerza. “La gente está interesada en el verde, ahora muchos quieren ver flores y tratamos de darles el gusto. A veces es mejor colocar plantas que vayan dando flores en diferentes épocas del año, así el jardín siempre tiene alguna, porque los plantines son eso: plantines, no duran siempre y hay que reemplazarlos para mantener el jardín con flores”.En el emprendimiento también trabajan Pablo Sode y Martín Giuliani, que juntos diseñan y piensan, según el gusto de los clientes, cómo quedará mejor. La idea es que “la gente no depende siempre de nosotros, queremos que sepan que pueden cuidar su jardín, que no es difícil y que cuando se den cuenta van a disfrutar tanto como nosotros. Sí que nos consulten o que nos pidan ayuda para un mantenimiento profundo, pero cotidianamente se van enamorando de sus plantas porque las ven crecer, dar flores y frutos, vienen los pajaritos y ven que hasta no hacen falta los herbicidas, porque la naturaleza es sabia. Ahora que las orquídeas están en flor, vimos que las hormigas cortadoras se estaban comiendo las plantas, pero también vimos que las orquídeas que se comían eran las exóticas, no las que son de acá, las autóctonas: esas no las tocan”. Ahora, “manos a la obra”.





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