Todos queremos saber cómo manejar las tensiones, temores y preocupaciones; cómo conservar la salud y evitar que nuestro cuerpo envejezca prematuramente; cómo desarrollar las habilidades latentes, aumentar nuestras aptitudes y capacidades perceptivas; cómo tener una mente clara, buena memoria y ánimo alegre; y hasta cómo ponernos en sintonía con el ritmo del universo y las fuerzas cósmicas. Pero muy pocas personas saben que todo eso se puede conseguir con la regulación de la respiración, que es la más importante de todas nuestras funciones vitales.No advertimos que el trabajo de reconstrucción en el cuerpo debido al desgaste diario nunca cesa. Por ejemplo, los glóbulos rojos se renuevan aproximadamente doce veces al año, o sea cada veintiocho días, y el elemento esencial para esa reconstrucción no es la alimentación, como cree la mayoría de la gente, sino el oxígeno, que es fundamental para todos los procesos de nuestra vida, desde la digestión hasta la posibilidad del genio inventivo. Además, un suministro insuficiente de oxígeno ocasiona acumulación de desechos tóxicos en el organismo, funcionamiento deficiente de millones de células y comportamientos anormales en los órganos.Tampoco los alimentos pueden ser digeridos y asimilados sin la ayuda del oxígeno, que interviene en la disociación de sus moléculas convirtiéndolas en energía por medio del proceso de ionización. De modo que el cuerpo no se nutre directamente con la comida, sino que primero tiene que ser desintegrada y convertida en energía… una energía llamada prana por los yoguis, que en sánscrito significa fuerza de vida o energía absoluta. Ni el mejor alimento del mundo cumplirá su propósito si no proporcionamos a nuestro organismo cantidades adecuadas de oxígeno. Entonces, la respiración profunda también es esencial para la asimilación de los alimentos.Asimismo, mientras el oxígeno vitaliza nuestras glándulas y órganos, el estímulo que reciben las células nerviosas por medio de los continuos impulsos rítmicos generados por la respiración produce un efecto equilibrador sobre el funcionamiento del cerebro, el que junto con el corazón necesita también una abundante provisión de oxígeno para funcionar óptimamente. Es más, en ningún otro órgano son tan serias las consecuencias de la respiración deficiente como en el cerebro, porque requiere tres veces más oxígeno que el resto del cuerpo, mediante la irrigación de sangre altamente oxigenada.Entonces la respiración corta, poco profunda, que utiliza solamente la tercera parte de la capacidad pulmonar, ocasiona depresión, mal humor, debilidad y fatiga crónica, además de marcar la diferencia entre disfrutar de abundante energía vital o ser una persona siempre cansada, sometida a lentos deterioros en la salud física y mental, porque la mayor parte de la gente civilizada ha perdido la capacidad de respirar como indica la naturaleza. Sólo los bebés y los grupos humanos que viven naturalmente continúan respirando apropiadamente sin necesidad de que se les aleccione al respecto. Y el modo más efectivo para corregir los hábitos respiratorios deficientes es aprender a practicar diariamente la respiración profunda según la enseñanza del Hatha Yoga, desde ahora. Namasté.Colabora: Ana Laborde Profesora de Yoga [email protected]. 4430623





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