(Nota completa, tal y como fue publicada el 1 de septiembre de 2011)Huérfano de padre y madre, José Alberto Chaga Balbuena dejó Misiones cuando era muy joven para encontrar un mejor futuro en Buenos Aires, pero el éxito lo tuvo finalmente en España, después de muchos años de esfuerzo.Durante una charla telefónica, el misionero contó a PRIMERA EDICIÓN cómo fue poniendo en práctica sus proyectos hasta lograr la estabilidad económica que tanto buscaba.El hombre, al que todos llaman Chaga (por el apellido), comenzó con un restaurante al que le dio el nombre de “Rincón Argentino” para “hacer honor a mi tierra y también para trabajar en lo que sé. Así pensé en las carnes, en hacer asados con las carnes de acá”. Llegó a la ciudad de Vigo con un primer objetivo: “Conocer Galicia, porque estando en Buenos Aires conocí a los inmigrantes gallegos y quería estar en el pueblo y vivir sus costumbres”.El origenJosé Alberto nació en Apóstoles. Su mamá se había casado a los 15 años y enviudó a los 16, así que el niño creció en esa localidad misionera, estudió en la Escuela 236 y a los 14 años viajó a Posadas. Una vez allí, pudo trabajar de camarero en la Casa de Gobierno hasta que se fue a Buenos Aires con un tío. Pero en la Capital Federal los tiempos no eran muy buenos, además se había separado de su primera esposa y decidió viajar en busca de nuevas oportunidades en el Viejo Continente. Tras estar un tiempo en Galicia, regresó a Buenos Aires a buscar a su hijo Alberto y se volvió a ir.La idea de abrir un restaurante se relacionaba a lo que siempre hizo, pero “quise rendir homenaje a mi tierra, quería que trascienda el océano y así fue Rincón Argentino”. Tan famosos se hicieron en Vigo sus asados argentinos con carnes gallegas que, en su terraza junto al mar, tuvo la oportunidad de recibir a cientos de personalidades, desde el trío Los Panchos hasta nada menos que Diego Maradona en sus mejores momentos como futbolista.“La pegada”Desde pequeño, en la casa de José Antonio se comercializaba carne y todos la cocinaban de diferentes maneras. Él se especializó en eso y, si bien reconoce que “no es la misma carne roja que la argentina, acá (en Galicia) es buena y se puede conseguir mejor. Es lo que hago: selecciono la carne, busco la mejor y también carnes de la zona, como la de buey. Claro que no es igual, pero no está mal”. Allá consumen también -explica- la carne de añojo, “cuando la vaca tuvo muchas pariciones”, pero “es raro conseguir carne roja: es más bien oscura”.Al cocinar, “yo la hacía más sabrosa con mi chimichurri, el que aprendí de mi abuela, mi madre y mi tío”, cuenta orgulloso. Poco a poco, los clientes comenzaron a preguntar, querían saber cómo había preparado la “salsa” de las carnes.“Yo les daba un poquito a los que tenían que viajar y un día le dije a mi esposa (María Flora Varela Montero, que es de allá, gallega pura): ¿Y si preparamos en frascos para vender? Así fue que comenzamos con nuestro chimichurri”, que patentaron bajo el nombre de Jachaga.De esto hace ya veinte años. “Tengo la venta -por suerte- en toda Galicia, también en otras ciudades de España como Madrid y Barcelona y también me piden de México y los Estados Unidos”, enumera, aunque reconoce que esto no lo hace millonario, pero sí le permite un buen pasar.Argentina, siempre presenteEn una empresa familiar, con un hijo argentino de madre italiana (Carlos Manuel) y dos gallegos (Carolina y Alberto Mariano), además de su esposa María Flora, siguen apostando a brindar un servicio de excelencia en carnes y de buen trato.Allí tampoco faltan los platos locales con toques argentinos, como el bacalao a la brasa, y los postres caseros, entre los que seguramente estarán el flan con dulce y batata yqueso. Pero José logró atraer a la clientela no solamente por sus carnes a la parrilla, entre las que también figuran asados a la estaca, sino que complementa sus atracciones con fiestas especiales, como cuando hizo un homenaje a Carlos Gardel o la Fiesta del Bicentenario Argentino en Vigo. De esa manera, todos disfrutan de sus platos al mismo tiempo que se trasladan imaginariamente hasta una tierra que a los españoles les gusta mucho.Durante la charla telefónica con PRIMERA EDICIÓN, José tuvo que tragar saliva y carraspear en varias oportunidades, porque los recuerdos lo emocionaban tanto como la entrevista misma, ya que, si bien fue noticia para varios periódicos españoles, es la primera vez que lo llaman desde su querido país y, más aún, de su tierra natal.Al momento de buscar más contactos, José le pasó el auricular a su hijo Carlos, quien reconoció casi excusándose que “papá está un poco nervioso, se emocionó bastante yapenas puede hablar”. Luego, el propio Chaga padre se comprometió a volver a la Argentina, esta vez para visitar Apóstoles, aunque no sin antes interesarse: “¿Cómo está todo por allá?”. Y cuando vuelva, también tiene deseos de visitar “La Placita” y de comer mbeyú, sopa paraguaya, torta frita y chipa: sus sabores de joven mozo.Un secreto envasadoEl chimichurri, algo que para los argentinos resulta tan común, pero para los extranjeros es un exótico sabor, es lo que le da trascendencia a la familia Chaga. La “salsa criolla”, como la llaman allá, está hecha con ajo deshidratado (ahora de origen chino), ají molido de Argentina, orégano de Chile, sal, picante, aceite, vinagre, vino blanco de Castilla y “mi dosis de experiencia”, enumera José, guardándose el mayor de los secretos: el preparado paso a paso. En la cocina prepara una salsa líquida para la carne de ternera y los chorizos criollos, y otra en
polvo para condimentar el pollo. Esos sabores son elogiados por sus clientes cuando van a visitarlo, como recomendación a sus amigos o incluso como comentarios en la red social Facebook.PRESENTACIÓNSegún su tarjeta: “Especialidad en carnes a la parrilla al estilo argentino, pizzas y pastas caseras… bacalao a la brasa”.FAMOSOSAtahualpa Yupanqui, José Luis Rodríguez “El Puma”, el bailarín Antonio Gades y otros famosos saborearon las carnes de Chaga.





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