Del alivio a la furia pasó un joven de 26 años que fue sorprendido por la Policía provincial cuando orinaba en la vía pública y, lejos de calmarse, maldijo y hasta intentó agredir a los uniformados con un nunchaku.Según pudo saber PRIMERA?EDICIÓN, todo sucedió minutos después de las 15 del último lunes en el Acceso Oeste posadeño, cuando efectivos del?Comando Oeste de la UR-I notaron que un joven orinaba en plena vía pública ante la atónita mirada de un puñado de transeúntes.Como marca la ley, los uniformados le advirtieron al irascible que no podía satisfacer sus necesidades fisiológicas en un lugar público, al aire libre. “Pero la c… de tu hermana, ahora ni mear se puede porque ustedes rompen las bolas”, lanzó el sujeto de manera sorpresiva. Los policías insistieron y le explicaron que sólo intentaban hacer cumplir con lo estipulado en el Código de Faltas de la Provincia de Misiones. La respuesta del joven fue aún peor:?“A mí qué carajo me importa tu código de Misiones, si yo soy de El Calafate”, lanzó, decidido a “comprarse todos los números”.Los efectivos enseguida le solicitaron el DNI. Allí confirmaron que efectivamente tenía domicilio en Santa Cruz. Pero faltaba más. Cuando le pidieron los papeles del Peugeot 206 en el que se movía, el irascible fue hasta el rodado y se bajó con un nunchaku, un arma oriental conformado por dos bastones de madera unidos por una cadena.Con ese elemento intentó atacar a los policías, que rápidamente lo esposaron y llevaron a la comisaría más cercana, donde quedó a disposición de la Justicia. Al menos allí pudo darse el gusto de -finalmente- cumplir con el llamado de la naturaleza.





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