Desde muy temprano comenzó la programación que contempló la bendición de alimentos, misa por los enfermos y la familia, como así también la procesión por las calles del barrio, que se cumplió a media tarde.El párroco Francisco Salazar rescató el respeto y dedicación que debe primar sobre los animales.En auto, colectivo, caminando, al trote o bien en brazos, los perros se fueron instalando al ingreso de la capilla para esperar el momento de la bendición, todos acomodados y respetando una distancia prudencial para evitar “malos entendidos” y gruñidos. No hubo distinción de razas, ni tampoco presencia mayoritaria de una sobre otra. Sorprendió gratamente la presencia de jóvenes acompañando a sus mascotas, lo que refleja que la tradición se mantiene en muchos hogares. Romina (14 años) paseaba a su labrador canela que con la lengua afuera intentaba recuperarse de la caminata previa hasta la capilla. “En mi familia, mis abuelos siempre traían a sus perros a bendecirlos y luego mis padres hicieron lo mismo con Pupi -su mascota-. Hoy, como es lunes, mis padres están trabajando y no iban a llegar a tiempo, entonces salí de la escuela y vine rapidito a traerla. Vivimos a unas quince cuadras y vinimos caminando, pero no podíamos perdernos de esto por que San Roque siempre la protege”, señaló la adolescente.Hubo quienes llegaron desde Villa Cabello hasta los Aguacates en colectivo, “a escondidas la traje a Fiorella (una caniche blanco) que tiene dos años. Con los perros anteriores que tuve, siempre vinimos a esta celebración porque San Roque protege a las mascotas y a su vez ellos a nosotros”.Puntualmente a las 12.30 como estaba previsto, el padre Salazar se dirigió a los presentes a los que puso en presencia de Dios, rezó, compartió una lectura referida a los animales y posteriormente con el racimo de oliva y agua bendita se paseó entre los presentes, que alegres disfrutaban de ese momento tan esperado. Los perros más grandes esperaron pacientemente su turno un poco más alejados, como los Rotwailer y Ovejeros. “Es como con cualquier otro santo, como propietario de un ovejero le vengo a agradecer por cuidarlo siempre”, aportó Roberto.Fotos y video: J.C. Marchak




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