Después del reclamo, Samsa se hizo presente en la Escuela 817 el miércoles por la tarde y colocaron las mangueras internas que necesitaban para asegurarse la provisión de agua para la institución. Su falta fue un padecimiento que se sufrió durante aproximadamente un año y medio."Después de muchos trámites se resolvió. Los padres están contentísimos, incluso ayudaron a limpiar la escuela los mismos que se convocaron en la entrada como medida de protesta. Colaboraron con la limpieza de los baños y demás porque teníamos acumulado, sin agua no se podía hacer mucho", reconoció la directora de la institución, Claudia Contavalle, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN. La situación se complicó porque a la escuela concurren alrededor de 700 alumnos en dos turnos “con los que fue muy difícil trabajar durante el año y medio. Pedíamos a los estudiantes que lleven botellitas de agua, no teníamos para preparar la merienda”, señaló la directora y agregó que “en los baños, con más de 300 chicos por la mañana y más de 300 por la tarde, a cada rato las porteras acercaban agua en baldes y entraban luego de los chicos. Siempre viendo la manera en que podíamos funcionar porque no nos permitían parar las clases”.Contavalle destacó el “apoyo importante por parte de la comunidad” por lo que fue “trabajar en condiciones infrahumanas, porque no es sólo querer tomar agua, sino ir el baño donde no había para lavarse las manos o en la cocina, ni para los utensilios. Hay docentes que hacen doble turno, hay que estar para darse cuenta de lo que se pasó”.Sin agua, la escuela era un foco de contaminación “porque los chicos iban al baño, no tenían donde lavarse las manos y así iban y tocaban una pelota, el lápiz, unos a otros, los picaportes con todo lo que eso implica. Demasiado que no tuvimos problemas”, señaló la directora. Ahora, ya con agua, padres y docentes se abocaron a la tarea de limpiar la escuela donde el jueves se sintió el paro pero el viernes ya retomó sus clases. “Les estuvimos enseñando higiene, pero no les dábamos el ejemplo. Ahora que pudimos solucionar se nos abrió el cielo”. Fotos: Gentileza E. Njirjak





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