Señora Directora: En los últimos días Pokemón Go obtuvo gran repercusión y sumó la adhesión de muchos interesados de participar de un fenómeno que está siendo furor en muchas partes del mundo. La “búsqueda virtual” se ha extendido como una mancha de aceite y es casi tema exclusivo de conversación entre quienes disponen de un teléfono celular de cierta capacidad.Como otros juegos electrónicos es recibido con expectación y de forma acrítica, sin sopesar los riesgos que podría contener, ya que estos entretenimientos suelen ocultar algunas “virtudes” inesperadas (o intencionadas, por el contrario). Los expertos ya están alertando del riesgo que significa para la seguridad de los chicos, más inocentes y permeables a las “trampas” que pidieran ocultarse en un aparente inocente juego, ya que los expone más libremente a la apetencia y bajos instintos de otros. Es el caso de pedófilos y embaucadores que pueden, a través de Pokemón Go, tener a disposición su “víctima” sin resguardo ni control alguno. Ya hay países que lo quieren prohibir.





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