Hace sólo seis meses, Gabriela Calluqueo, le sumo a sus tareas cotidianas como ama de casa la de ser bombera voluntaria, una decisión que le permitió salvar su vida y la de sus cuatro hijos.Todo comenzó este jueves minutos antes de las cuatro cuando Gabriela dormía en una cama de su casa en calle Reguero del barrio Villa Lida, con sus dos hijos más pequeños, de 8 y 6 años, mientras que los otros dos, de 11 y 12, estaban en un dormitorio contiguo, mientras su marido se encontraba trabajando en el campo.Gabriela se despertó alertada por su perro pitbull, cuando abrió los ojos las llamas ya se habían apoderado de la habitación y, aunque lo más rápido hubiera sido sacar de a uno a sus hijos, ella supo que esa no era la forma.Despertó a todos y cuando logró tener a sus cuatro hijos juntos, abrió la puerta para salir y en ese mismo instante, detrás de ellos se desplomó el techo de la casa."La capacitación y la experiencia me sirvió para poder sacar a mis hijos de inmediato y velar por lo más importante, que es la vida". "Yo sabía que si ventilaba el lugar, el aire podía entrar e iba a ser peor", describió la mujer, conmocionada por la situación que la dejó con quemaduras en su espalda."Resguardé a mis hijos en lo de un vecino para que no vieran la situación de cómo se desvanecía su casa. Quería protegerlos de esa imagen", agregó la bombera. Cuando el cuartel de Bomberos Voluntarios de Plottier recibió a las 4 la llamada de emergencia con la dirección del hecho, se dieron cuenta de que era la casa de su compañera, dos minutos después, fue Gabriela quien llamó: "¡Se me está quemando la casa!".Cuando llegaron los bomberos, ella estaba a unos 100 metros del incendio vestida con ropa que le habían prestado. Una ambulancia trasladó a la mujer y a sus hijos al hospital de Plottier.Cuatro dotaciones arribaron al lugar del siniestro, pero no había mucho por hacer, la casa en la que habitaba Gabriela, junto a su marido e hijos, era de construcción prefabricada, por lo que las llamas arrasaron con ella en forma total perdiendo todo lo que tenían. Se estima que el incendio se habría iniciado por un desperfecto eléctrico. En horas de la tarde Gabriela junto a sus hijos fueron dados de alta, por ahora, la familia permanecerá en la casa de sus padres. Entre los materiales quemados, sobresalía un casco rojo que Carlos Mansilla, el jefe de bomberos, le había regalado a Gabriela por su incorporación al cuartel.Numerosos vecinos de Plottier y de Neuquén capital le acercaron a Gabriela donaciones para afrontar la pérdida de sus pertenencias, publica Noticias Argentinas.





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