Señora Directora: Al leer el pasado sábado la entrevista que le hiciera este Diario a la señora Francisca Leal, no puedo dejar pasar la necesidad de llamar a la reflexión a todos los misioneros de bien, de requerir a las autoridades la defensa irrestricta de nuestros derechos humanos que algunos magistrados judiciales de Misiones no parecen defender.¿Cómo el juez de la causa Martínez no hizo nada para evitar que los nietos de la señora Leal deban terminar en distintas familias, con el desarraigo que significa haber perdido a su joven madre a manos de un muchacho al que ni siquiera le cabe decirle ser humano? ¿Dónde esta el Estado que debe salir a contener a quienes menos tienen y más aún en este caso donde hubo una muerte trágica de por medio?No entiendo la pasividad con la que miramos estas cosas, la frialdad con la que permitimos que los hechos nos muestren una cara perversa mientras quien salió a conducir borracho y chocó el taxi parado en un semáforo esperando el verde para seguir. No puedo entender la frialdad de un juez que parece no tener ni siquiera familia que no se puede poner en el lugar de esta abuela que muestra tener ganas de salir adelante y obliga al imputado a tener que sostener financieramente a los hijos menores. Lloré mucho, me imaginé a mis nietos esparcidos por distintas familias y me llené de dolor de ver que nadie defiende los derechos de las víctimas.
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