Los chicos copian a los padres en todo sentido, por lo que elegir alimentos sanos es un ejercicio de responsabilidad, no sólo por la salud individual, sino también por la de toda la familia. Comer de forma variada y equilibrada desde los primeros años de vida requiere tiempo y esfuerzo para los padres. Pero ojo que todo comienza desde el momento del nacimiento. Por ejemplo, con la lactancia materna se puede y debe acostumbrar al niño a los diferentes sabores ya que sabemos que por la leche no sólo pasan nutrientes, sino también sabores. Por eso es fundamental que la madre consuma todo tipo de vegetales y frutas.Algunos ejemplos gauchitos para educarnos y educar a los hijos son:Enseñar con el ejemplo: Los padres tienen que dar el ejemplo desde el comienzo. Cuando finaliza el destete, el niño tiene que consumir alimentos inocuos y no adictivos para el organismo. Con el pasar del tiempo, le tendrán que explicar la importancia de consumir mucha fruta y hortalizas. De esta forma tendremos ganado el 80% del partido. El 20% restante dependerá de la sociedad que lo rodee.Jugar en la cocina: A los chicos les gusta jugar todo el tiempo y qué mejor juego que preparar la comida juntos y con mucho amor. Aunque no tengas mucho tiempo libre, te invito a experimentar nuevas sensaciones cuando prepares una receta junto a tu hijo y notarás la diferencia. En ese momento, aprovechá la oportunidad para contarle sobre un producto nuevo y sus beneficios.Mínimo diez veces: Varios especialistas en nutrición están de acuerdo en que es necesario insistir hasta diez veces con un alimento nuevo para que el paladar del niño acepte nuevos sabores y texturas. Por lo tanto, persevera y triunfarás.No prohibir alimentos: El prohibir incita al deseo. Y cuanto mayor es el deseo, mayor serán las ganas de saciarse. Por eso la clave está en educar y sugerir. Evitá decir “No” o “Nunca” y transformalo en “lo mejor es” o “te sugiero”.Aplaudir los buenos avances: Los niños se manejan con estímulos. Por eso se aconseja incentivarlos con algo que les gusta cuando su comportamiento sea adecuado. Pero ojo, que el premio no siempre tiene que ser un alimento, sino también una salida al parque, o lo que fuere.Ser comprensivos y tener paciencia: Si tu hijo estaba acostumbrado a comer determinados alimentos y pretendes que de un día para el otro cambie, vas por mal camino. Los productos industriales, en su mayoría, están llenos de grasas animales, resaltadores de sabores, acidificantes, conservantes, etc., por lo que terminan siendo alimentos adictivos. Por este motivo es que nos cuesta mucho dejar de consumirlos. Además, el sabor de lo natural y lo artificial es diferente. Por ejemplo, no sabe igual un jugo de naranja recién exprimido que un jugo de naranja en polvo. Por eso es que el proceso del cambio es de a poco.En fin, creo que el secreto está en comenzar lo antes posible y nunca comparar a tus hijos con el resto porque cada persona es diferente y única.Texto de Pablito MartinChef – Periodista





Discussion about this post