He escuchado muchas veces decir: “Lo que importa no es la belleza exterior sino la belleza interior”. Y siempre pienso lo mismo: ¿se han olvidado de los mares?, las montañas, las flores, el cielo y las estrellas, el sol, el arco iris, las personas con muchos rulos, con cabello lacio, de diferentes colores de ojos y piel, cuerpos de diferentes tamaños y cuantas cosas más se podría decir. La belleza exterior es reflejo de la belleza interior, sólo que no todos lo saben. Y existe una puerta por donde mirar esta belleza interior, que pareciera estar oculta. ¡Los ojos!Los ojos funcionan como espejos, son reflejo de nuestra belleza interior. Nos devuelven las imágenes de aquello que tenemos adentro. Y así sucede que muchas personas que observan desde su oscuridad, encontraran nada más y nada menos que su propia fealdad en lo que le rodea.La belleza está en todo lo que existe en el Universo. Y cada quien es un ser hermoso en su individualidad, porque en eso radica la belleza, en la diversidad, en las diferencias. Cuando vemos un árbol, no nos ponemos a cuestionar si sus ramas están parejas o si su color verde es muy fuerte, el árbol es hermoso simplemente por ser árbol.El problema surge cuando nos apartamos de lo grandioso de nuestro ser al dejarnos llevar por los juicios de los demás. Y nos vamos apartando de nuestra autenticidad al querer parecernos a aquello que los demás llaman bonito. Y todo porque alguien dijo: él es feo, o ella es hermosa. Y nuestro brillo interno se va apagando hasta volvernos débiles.Y hay un dato no menos importante, que es que cada quien refleja como se ve por dentro. Aquel que se acepta tal cual es, le brillan los ojos, la puerta de su alma se ve encandilada por tanta luz interior. Y eso se nota, en los ojos, en la mirada, desde lejos, sin poder disimular. Y lo contrario también.Colabora: Natalia de las NievesTerapeuta MotivacionalEn Facebook: Rincón De Luz y Bienestar154366593





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