Investigar las formas y modos de empoderarse con el propio cuerpo es practicado hace siglos dentro de las comunidades para aumentar los vínculos. Últimamente se estaría gestando un contexto en cual se necesita dar más enfoque para poder motivar, resplandeciendo en una persona su intercambio con otra, para mantener una forma lineal de relacionarse. Con el avance tecnológico aprovechamos la información que llega y nos inclina a ver favorecidas las comunicaciones, estando conectados electrónicamente. Queriendo alejarse bastante de la realidad en la que se vive, y “descomprimirse”, una amiga me contaba cómo pudo mejorar sus sentidos en las últimas vacaciones. Ella y su hermana aprendieron de una costumbre local para aliarse en grupo, jugaron un juego donde se sentaban en ronda con más personas y hacían girar el tallo de una rosa en el medio, cuando detenía su giro al que le tocaba la flor contaría algo que le provocó sentirse agradable, y al que le tocaba el tallo con espinas contaría algo que agravó sus asuntos internos. A continuación charlaban del tema buscando la veta para aconsejar y ayudar. Además, estar cerca del bosque y lejos de la conexión diaria permitió reconocer su estrés y falta de movilidad del cuerpo y se preguntaron ¿cómo llegaron a ese círculo vicioso? Se pudo conceptualizar la sensación de rigidez muscular con ideas frías y estructuradas, se reencontraron con el otro para seguir creciendo como pueden y moverse en sincronía no tanto desde el “yo”, sino “a través” de.Colabora: César Aguirre AyraultTerapias corporales. Masajista californiano.En Facebook: Equilibrándonos Masajes3764 791631





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