Llegó el salvataje. Los integrantes de la Cooperativa Picada Libertad de Alem están de festejos, porque el pasado jueves, el gobernador Hugo Passalacqua entregó más de 600 mil pesos como aporte no reintegrable para reactivar la fábrica. Según indicaron desde el Gobierno provincial, el dinero entregado es de 650.353 pesos y se realizó en el marco del programa de asistencia del Instituto de Fomento Agropecuario e industrial (Ifai) a pequeños y medianos productores.Será una importante ayuda para solucionar algunos de los inconvenientes que tiene la Cooperativa, que en estos momentos no cuenta con energía eléctrica y mantiene una gran deuda con los organismos de Afip y Rentas. En la última semana, el vicepresidente de la cooperativa, Roberto Suier, conversó con PRIMERA EDICIÓN y explicó que estaban en tratativas para conseguir el aporte económico, que había prometido el Gobierno, a través del Ministerio del Agro y la Producción, y el Ifai. Este compromiso se concretó hace un mes atrás aproximadamente, en una reunión entre los socios de la cooperativa, los trabajadores y los colonos, quienes estaban muy preocupados por la paralización de la empresa. Suier expresó que, una vez recibido el dinero, el tema de la energía eléctrica es uno de los problemas que tenemos que solucionar de manera inmediata, porque “no nos permite hacer ningún trabajoY “apenas solucionemos eso, tenemos que realizar arreglos en el molino de yerba y otras cosas para pasar el invierno con tranquilidad”, señaló el dirigente, pero aclaró que lo ideal es concretar todas las reparaciones en la infraestructura de los galpones para la próxima zafra”.En este sentido, además de la reconexión de la red de energía, la cooperativa debe hacer todo el cableado eléctrico nuevo para las tareas de las máquinas. El cooperativista indicó que “el acuerdo fue un aporte no reintegrable a la cooperativa agrícola Picada Libertad a cambio de un terreno”. El presidente de la misma, Ernesto Wereszczuk, expresó ante el mandatario provincial que uno de los problemas de fondo que enfrentan es que la fábrica solamente trabaja seis meses al año, pero tiene empleados que cobran sus sueldos los doce meses, lo que provoca una pérdida difícil de costear. No obstante, los trabajadores cobran sus salarios con atrasos, incluso por un par de meses ya que entienden la difícil situación financiera de la cooperativa. En los últimos días los empleados expresaron sus preocupaciones a este Diario por la continuidad laboral. “Es muy complicada nuestra situación porque dependemos de una fábrica que está parada, que no tiene grandes producciones y encima no cobramos como deberíamos hacerlo”, dijo uno de los trabajadores de la cooperativa y añadió que “lo último que se trabajó fue con el té, pero terminó la cosecha y no pudimos seguir con la producciónde yerba mate, porque las máquinas no estaban funcionando”. Los cerca de 45 empleados que tiene la cooperativa tuvieron que reducir las cargas horarias para mantener los puestos laborales.





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