Con la colaboración de miembros de varias iglesias, un vecino de la zona construyó un puente colgante sobre el arroyo Cuña Pirú con el propósito de conectar a los integrantes de la Aldea Ñaaro Pyau (significa Nueva Esperanza) con el resto de sus paisanos. Se trata de una comunidad de seis familias, con alrededor de 35 integrantes, que quedaba aislada del resto cuando crecía el cauce y en momentos de abundantes lluvias. La idea fue del misionero Jorge Kelm, que vive con su familia en las cercanías. “Las seis familias cruzaban a través de un tronco, era muy difícil pasar para ir a la escuela, y a veces faltaban toda una semana o más. Eso fue un drama. Otro problema era transportar la mercadería. Suelen comprar harina por 25 kilos y en una ocasión al cacique, que es un hombre grande, se le cayó la bolsa al agua. Y quedaron muy tristes”, comentó Kelm a PRIMERA EDICIÓN, ilusionado por habilitar la obra.“Al ver necesidades como éstas -continuó- concluimos que había que hacer un puente. Algo que fuera lindo para el lugar, que no resultara muy caro, y surgió la idea del puente colgante con recursos propios como los troncos de cerne de anyico, que conseguimos en la comunidad”. Suma de voluntadesKelm contó que empezaron a trabajar con recursos proporcionados por miembros de su iglesia, la Evangélica Pentecostal Misionera, pero como tiene amistades de otras denominaciones como la Bautista, los conocidos y amigos se sumaron con la colaboración. Dieron a conocer esta necesidad y una iglesia de Buenos Aires les envió 200 metros de cable de acero de 1,6 centímetros que implicaban una suma muy elevada. “El flete lo hizo Daniel Rizzolo y trajo la carga hasta acá, de manera gratuita. Jóvenes de su iglesia, Exploradores del Rey, donaron la mano de obra y vinieron a hacer los cimientos, que se emplazaron de tal manera que el agua no pueda arrastrarlos”. También lograron la ayuda de otra iglesia Bautista de Buenos Aires que mandó el dinero para materiales como piedra, arena y cemento y las tablas que se colocaron sobre el puente.PrecaucionesSegún detalló Kelm, a cada lado “está hormigoneado por debajo de la tierra por alrededor de dos metros. Creemos que el agua no lo va a llevar porque tomamos todas esas previsiones. Las tablas son de una madera que dura a la intemperie. A medida que pasen los años, si alguna se deteriora la iremos reemplazando y manteniendo”. El puente tiene 47 metros de extremo a extremo, y está ubicado a cinco metros sobre el nivel del agua. Por estos días falta completar el resguardo del pasamanos, una especie de tejido de 1,20 metros de alto para proteger a los niños durante el cruce.Según resaltó Kelm, esta pequeña pero importante obra, permite que la comunidad “pueda salir de manera más segura y menos peligrosa, hacia la ruta provincial 7. Esto les facilita y, llueva o no, pueden pasar tranquilos, sin riesgos”. Pozo perforadoPero esta construcción no fue un hecho aislado. El mes pasado terminaron de hacer el pozo perforado de agua con el tanque y la red completa para las mismas familias, una obra que también desarrollaron con recursos de diferentes iglesias, demostrando que con escasos medios pero con mucha voluntad se pueden lograr grandes cosas y sin tanta burocracia.Siempre dispuestosHace once años que Kelm vive con su familia cerca de las aldeas guaraníes. “Estamos en esta lucha, asistiendo, viendo las necesidades y tratando de ayudar como institución, como iglesia, para darles una mejor calidad de vida. Todo lo que se refiere a la logística, a buscar posibilidades de mejorar la calidad de vida en cuanto a huertas, cría de pollos. Hacemos un trabajo integral. Somos misioneros y vivimos junto a la comunidad, linderos a la comunidad Tierra Colorada”.Explicó que tanto el puente como la provisión de agua eran las obras más urgentes pero “lo que tenemos en mente es cubrir un poco más el área de salud. Hacer un pequeño edificio para poder atenderlos. Mi esposa es enfermera y en lo que podemos colaborar, cubrimos esta área, con nuestros recursos, ad honorem. Siempre estamos dispuestos a hacer lo que haga falta”. Convencido, aseguró que Dios los llamó a dedicar “la vida a estas personas. Pensar que en la ciudad podemos tener todo, pero que en Misiones hay un pueblo que es totalmente diferente, una etnia autóctona con tantas necesidades. Por amor a los guaraníes dedicamos nuestra vida o parte de ella a servirlos, a ayudar, a tratar que su calidad de vida sea siempre mejor”. Quienes deseen conocer el puente, se encuentra a la altura del kilómetro 25 de la ruta provincial 7, a unos 800 metros de la arteria. Los que puedan colaborar, comunicarse por Facebook a Misión Guaraní Cuña Pirú o enviar un whatsapp al (3743) 15435529.





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