Mirtha Gladys González (48) se despidió de sus compañeros de trabajo en el hospital de Bernardo de Irigoyen y partió rumbo a casa. Media hora después volvió al centro asistencial: tenía dos puntazos en el pecho y agonizaba. Quienes la habían saludado minutos antes intentaron salvarla, pero fue imposible.Así comenzaba la crónica policial publicada por PRIMERA EDICIÓN el lunes 23 de marzo de 2015. Este lunes, a poco más de un año y tres meses del hecho, el autor del sangriento crimen fue juzgado y recibió una pena de prisión perpetua por quitarle la vida a quien era su expareja y madre de sus dos hijos. El debate se concretó durante una sola jornada, en la sala de audiencias del Tribunal Penal 1 de la ciudad Eldorado, donde el imputado, Luis Rollin, de 56 años fue hallado penalmente responsable de “homicidio calificado por el vínculo”. La sentencia estuvo acorde a lo que solicitó el fiscal Federico José Rodríguez, luego de los alegatos. Por su parte, el defensor del acusado, Gustavo Staude, habría pedido luego de alegar que al acusado se lo beneficie con el atenuante de “emoción violenta”, algo que el Tribunal no consideró. El Tribunal estuvo presidido por el juez Atilio León, e integrado por las camaristas Lyda Gallardo y María Teresa Ramos. Durante el juicio brindaron su testimonio cinco testigos, entre los que figuraban los dos hijos del imputado, un amigo de éstos y un vecino que ayudó a trasladar a la víctima a un centro asistencial. Uno de los hijos del acusado declaró que estuvo presente antes y después del hecho en la escena -no presenció el crimen-, aunque habría afirmado que luego del lamentable episodio su propio progenitor le habría dicho “no te me acerques o te mato también”, indicó un portavoz judicial. El hombre que llegó al banquillo de los acusados declaró antes de que se leyera su sentencia. Aunque no fue claro en su testimonio, habría intentado reforzar la estrategia defensiva al realizar un relato que se acercara a la emoción violenta generada por supuestos celos contra quien era su expareja. Luego de conocerse el fallo, Rollin fue trasladado a la Unidad Penal III de la ciudad de Eldorado donde deberá purgar una pena de no menos de 35 años antes de poder solicitar salidas transitorias por buena conducta, señaló un vocero judicial. Los fundamentos serán dados a conocer el próximo 26 de julio, al mediodía. Baño de sangreLa infortunada víctima llegaba de trabajar cuando irrumpió su exmarido y le asestó dos puñaladas que le costaron la vida.El asesino intentó escapar. Y aunque llegó lejos, no pudo hacerlo: fue detenido en Eldorado, a 123 kilómetros de la escena del crimen.El drama se desató durante los primeros minutos del lunes 23 de marzo del año pasado, en el barrio Terminal de Bernardo de Irigoyen. Cuando la Policía llegó a la vivienda, uno de los hijos de la mujer y un amigo no salían del estado de shock. Es que aunque no habrían presenciado el crimen, fueron los primeros en asistir a la mujer.El baño de sangre se desató minutos después de la medianoche en el mencionado complejo habitacional, emplazado a unos 800 metros del centro de Irigoyen, en dirección al norte. González, empleada de limpieza del centro asistencial, acabó su turno y, como de costumbre, se dirigió a su casa para descansar. Allí la esperaba su hijo adolescente y un amigo, quienes aprovechaban un feriado largo. Nada hacía prever lo que sucedería. A los pocos minutos: en la escena se hizo presente “Polaco”, exmarido de González y con quien habría terminado la relación por los constantes ataques violentos por parte del hombre.En esa fatídica madrugada fue una de las agresiones más. Y la última. Según se pudo reconstruir durante la instrucción de la causa, en determinado momento el irascible individuo tomó un arma blanca y se la clavó al menos dos veces en el pecho a González, que cayó gravemente herida.El homicida escapaba cuando el adolescente y su compañero escucharon los gritos y fueron a ver qué pasaba. Se toparon con la mujer gravemente herida, sobre un charco de sangre. Enseguida pidieron auxilio y, con la colaboración de vecinos, trasladaron a González hasta el hospital.Los médicos y enfermeros de guardia tomaron nota del alerta y se prepararon para recibir a la víctima. Pero cuando las puertas se abrieron, descubrieron que era su compañera del día a día. Nada pudieron hacer para salvarle la vida: las puñaladas le generaron daños fatales en el músculo cardíaco. González murió en el mismo lugar donde trabajaba.Intentó darse a la fugaAlertados por el hecho, efectivos de la comisaría local y de la Unidad Regional XII, en ese entonces a cargo del comisario mayor Juan Carlos Medina, montaron un operativo en busca del sospechoso, que escapó a bordo de un automóvil Seat Córdoba.Ese dato fue “la punta del ovillo”. Uniformados destacados en Pozo Azul, sobre la ruta provincial 17 y a 66 kilómetros de Irigoyen, aseguraron haber visto pasar el vehículo.Los detectives supieron entonces que “Polaco” escapaba hacia Eldorado, por lo que pidieron colaboración de sus pares de la Unidad Regional III. Alrededor de la 1.15 el sospechoso fue detenido en esa ciudad por parte de hombres de la comisaría Tercera. Tal como se informó en su momento, el sospechoso estaba en pareja al momento de producirse el lamentable y sangriento episodio. Intervino en el hecho el Juzgado de Instrucción 1 de Eldorado, a cargo del magistrado Roberto Saldaña, quien poco después dispuso el procesamiento del acusado.Ahora deberá purgar una condena de perpetua, no descartándose por su edad que al cumplir setenta años solicite el beneficio de prisión domiciliaria, indicaron fuentes del caso.





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