Decidió romper el vínculo con el maltrato constante, las amenazas, golpes y la discriminación, pero no pudo escapar de conocer el extremo violento, el ultraje sexual, padecer seis horas de cautiverio y el intento de muerte por asfixia.Para la joven víctima, el tránsito por el horror que sufrió hace poco más de dos años en el barrio Pindapoy de Apóstoles, pudo haber quedado cerrado por la sentencia firmada por el Tribunal Penal 1 de Posadas, cuyos jueces decidieron hace pocos días y en juicio abreviado, condenar a Diego Armando Rodríguez (24) a ocho años de prisión efectiva, luego que reconociera ser “autor del delito de abuso sexual con acceso carnal (dos hechos) y amenazas en concurso real”.Ángel Dejesús Cardozo, Martín Errecaborde y Eduardo D’Orsaneo evaluaron la propuesta de abreviar el debate de la fiscal Liliana Picazo y firmar la pena, tras el pleno consentimiento del acusado.De acuerdo al compendio fáctico, Rodríguez no toleró que su expareja decidiera -de forma definitiva- reiniciar su vida sola, trabajar y ganarse el sustento sin su dependencia, ni la de nadie. Ponerle fin a tres años de relación sentimental.No lo soportó, la esperó escondido a que regresara a pie a su hogar. La cruzó de forma intempestiva para asustarla cuando volvía cansada de trabajar, pasadas las 16. Le pidió enfáticamente que volviera con él, que le correspondía hacerlo, pero volvió a oír el “no” tajante.La reacción fue la violencia al límite, la atacó a golpes de puño y patadas, le arrojó piedras y la arrastró hasta una zona de vegetación suficiente como para esconderla alejada de testigos.La desnudó y con el pantalón de jean le rodeó el cuello y sujetó con firmeza cortándole la respiración para que no se resistiera a la violación sexual.La mantuvo atada seis horas exigiéndole: “Elegí tu vida o volver conmigo”. La respuesta fue la misma: “No”. Pasadas las 22, tras nueva tunda de golpes, amenazas e insultos y reiterar el abuso carnal, decidió soltarla para que huyera. Le había hecho jurar que no lo denunciaría. La joven corrió a su hogar y fue socorrida por la policía para realizar la denuncia y que la Justicia ordene la detención inmediata del sospechoso.El juez de Instrucción 4 de Apóstoles, Miguel Ángel Faría y la fiscal, Silvia María Barronis, iniciaron y concluyeron que la causa debía ser elevada a debate, y el Tribunal Penal 1 cerró la causa, a mediados de mayo, con la condena a ocho años de prisión para Rodríguez.Se basaron en la declaración de la víctima y los informes forenses, los que fueron contundentes y corroboraron la gravedad de las lesiones genitales y en casi todo el cuerpo, que sufrió la mujer.Los rastros de las lesiones para la joven podrían haberse borrado de la piel con esta resolución de la Justicia. Lo que no se quitará de su recuerdo, es el dramático encuentro próximo a la muerte, los escalones de violencia macabra, las amenazas y el ultraje.





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