Solá recibió a Télam en su despacho del bloque del Frente Renovador bajo un gran cuadro del Papa Francisco y mantuvo un extenso diálogo cuyos párrafos centrales son los siguientes: No es habitual que en un despacho peronista el retrato del Papa sea más grande que el de Perón. En 1972 Perón lanzó su mensaje a los pueblos y gobiernos del mundo sobre la necesidad de "rectificar la marcha suicida" hacia la contaminación del medio ambiente. Fue un alerta temprano y una predicción exacta. Cuarenta y cuatro años después, Francisco produce la carta-encíclica Laudato si, sobre "el cuidado de la casa común", que es el documento más importante de las últimas cuatro décadas. Si aquel documento de Perón fue un alerta, Laudato si es un alarido, un grito permanente que se expresó en el discurso papal de Santa Cruz de la Sierra, donde dijo ¡Esto no se aguanta más! ¿Que es lo que no se aguanta más?Lo que Francisco denuncia es el hipercapitalismo mundial, la cultura del descarte, la cosificación, la negación del hombre, la insolidaridad, las migraciones… El Papa sostiene que los mismos intereses que impiden frenar el calentamiento global, son los que impiden terminar con la pobreza y no sólo que lo dice sino que pone el cuerpo. No sólo es el Papa, sino un jefe mundial.¿Hay un vínculo entre la prédica del Papa y el peronismo? Francisco me recuerda un poco a Perón en Madrid con su teoría de que la tercera guerra mundial estaba en curso. En 1947 Perón dijo que entre 1914 y 1944, murieron setenta millones de personas en Europa, a lo cual hay que sumar el genocidio armenio y la masacre de Hiroshima. Perón señalaba que el desarrollo tecnológico y de las armas crea un hombre totalmente soberbio que cree que puede negar al otro y que además es belicista. Que en posesión del desarrollo, el hombre se torna inhumano. Por eso el justicialismo tiene una concepción humanista y cristiana. ¿Dónde está el peronismo hoy ideológicamente? ¿A la derecha, al centro o a la izquierda?Perón tiene alergia a las ideologías. Dice que la ideología es algo que intenta conducir a la felicidad. Pero nada que conduzca a la felicidad es cierto. Lo que hay es una evolución, que hay que cabalgar. Porque si algo se opone a mi ideología, se opone a la felicidad y entonces hay que eliminarlo. El marxismo, en su praxis, produce los 40 millones de muertos de Stalin y el nazismo produce el holocausto judío. Y desconfía además del liberal capitalismo que dio origen a las guerras. Entonces cree que hay que tener una doctrina que sea inmanente, que siempre exista, cualquiera sea el cambio tecnológico. Lo importante es la doctrina, la ideología son los tiempos que corren, la doctrina es inmanente. En eso se parece al cristianismo. Lo que nos queda a los peronistas es una mirada. No una acción peronizadora, sino un mirada. El peronismo fue hacia la izquierda y después hacia la derecha, pero nos queda una mirada cada vez más madura. ¿El kirchnerimo es peronismo?El primer gobierno de Kirchner recreó el peronismo. No importa que yo me haya llevado mal con él. Pero su gobierno generó esperanza, recuperó el mercado interno, demostró que a la política económica la podían manejar los argentinos, que no es inexorable que haya que cumplir con las reglas del FMI, subió el empleo, subieron las exportaciones y los superávits gemelos… Hubo un dígito de inflación compensado con los aumentos de paritarias. Kirchner recuperó la política sin ningún esfuerzo marketinero. El marketing aparece luego con Cristina. ¿Cómo evalúa la acción del gobierno de Cambiemos? El gobierno de Cambiemos tenía tres planes para conseguir inversiones y dinamizar la economía. Fracasaron dos y el tercero está en marcha. El plan A pretendía que sólo por cambiar lloverían las inversiones y eso no ocurrió. El plan B es la famosa vuelta a los mercados que en realidad significa volver a endeudarnos. Y el C es seducir inversores que están renuentes. El plan A fracasó porque parte de una mala lectura del triunfo. El B comenzó con pagar rápidamente a los holdouts todo lo que pidan y conectó con que mucha gente quería terminar con el tema, pero creo que políticamente fracasó porque se presentó el pago como una victoria, cuando en realidad muchos se dan cuenta de que se trata de la culminación de una derrota deshonrosa para la Argentina, que comenzó cuando el juiez Griessa impidió pagarle a los bonistas que entraron en el canje. Y el tercero está en curso, que es bajar la inflación para conseguir inversiones. El Gobierno sostiene que logrará bajar la inflación en el segundo semestre, pero mucha gente comienza a creer que el segundo semestre es como los reyes magos. Pero el retorno a los mercados prometido por el Gobierno se produjo…Los mercados de los que hablan son los que prestan plata, no los que realizan inversiones de riesgo, a largo plazo, productivas o de infraestructura. El Gobierno endeudó a la Argentina en 25 mil millones de dólares, de los cuales 11 mil y pico corresponden al pago a los holdouts y hay otros 14 mil millones adicionales que incluyen el resultado de la mala praxis del gobierno anterior con los dólares baratos. Pero este endeudamiento no sirve para que la Argentina exporte más, ni para abrir un mercado de bienes o servicios. Usted parecería estar diciendo que el Gobierno ya fracasó. Yo no puedo ni quiero decir que el Gobierno fracasó, sino que hasta ahora no ha hecho bien las cosas, sobre todo en economía. La mayoría de las encuestas revelan que la mayoría tiene todavía una esperanza fuerte de que las cosas cambien y, en consecuencia, el gobierno tiene un margen importante para decir si me dan tiempo lo voy a arreglar. Falta muchísimo para las elecciones del año que viene, puede pasar de todo. Pero Macri no es Da la Rúa. Hoy hay mucha gente que putea, pero al mismo tiempo tiene esperanza y cree que la plata que no tiene se la llevaron los otros. Hay una asociación directa entre las dificultades económicas y la corrupción. Además hay muchísima gente convencida de que esta situación es herencia. Pero la idea de que yo tengo un plan para el país y la gente debe aguantar, pertenece al pasado.¿Usted cree que las dificultades provienen del gobierno anterior? Seguramente había que realizar correcciones. Pero lo que no se puede admitir es que después de un gobierno siempre tengamos que echar bosta sobre la gestión anterior. Los políticos no deben ser epifánicos, ni asesinos del pasado. Hay que cabalgar la evolución, como decía Perón. Creo que el traspaso de gobierno fue muy lamentable porque Cristina tuvo una actitud de resistencia y Macri entró en la disputa, en lugar de adoptar una actitud gandhiana. Se agrandó la grieta y la transición permitió avivadas. Entre el 20 de noviembre y el 10 de diciembre, los empresarios más vivos subieron los precios preventivamente ante la segura devaluación del dólar, preanunciada por la salida del cepo, con lo que mucha gente
quedó indefensa. El ministro de Economía saliente y el entrante debieron consensuar el tipo de cambio. La entrega del mando fue un hecho tribal, no lo que ocurre en una nación civilizada.Fuente: Agencia de Noticias Télam





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