A hachazos en la cabeza, Daniel Rodríguez, alias “Gambeta”, acabó no sólo con la vida de Plácido Castillo (60), también destrozó la confianza y amistad que su víctima le confió. Le brindó albergue y comida para forjar algo más que un compañero para beber en la precaria vivienda del barrio Sur Argentino de la capital provincial.A poco menos de un mes y medio de cumplirse tres años del macabro asesinato, Rodríguez -hoy de 68 años- reconoció su culpa y el Tribunal Penal 1 de Posadas lo condenó, en juicio abreviado, a ocho años de prisión como “autor de homicidio simple”. Los jueces Ángel Dejesús Cardozo, Martín Errecaborde y Eduardo D’Orsaneo, firmaron la sentencia propuesta por la fiscal Liliana Picazo tras el reconocimiento de culpa que formalizó “Gambeta” Rodríguez. De acuerdo a la secuencia de lo sucedido, el sábado 13 julio de 2013 a las 15.30, Rodríguez asesinó a Castillo enfurecido porque el propietario del precario inmueble de calle Sargento Acosta se negó a abrirle el portón de acceso.“¿Por qué me candeaste boludo?, ahora te voy a matar no me importa si voy a la cárcel”, fue lo último que escuchó una vecina que declaró en la instrucción del expediente llevado adelante por el juez Ricardo Balor. Complicó aún más la situación de Rodríguez, la coincidencia de dos menores que aseguraron verlo saltar el acceso, y luego tumbarlo a empujones y golpearlo con una muleta a Castillo.Lo que no habrían alcanzado a ver los testigos fue el momento en que “Gambeta” tomó un hacha y, de acuerdo la descripción de la autopsia, le provocó a Castillo “lesiones punzo cortantes en la región malar derecha, fractura de cráneo y estallido del globo ocular derecho”, como también una grave contusión en el ojo izquierdo, más otra fractura en el cráneo del lado izquierdo con pérdida de masa encefálica.Cuatro días después, el cadáver de Castillo fue descubierto por el olor fétido que emanaba de su casa. A su lado el hacha cerraba el sangriento escenario.Rodríguez fue atrapado varios días después deambulando y ante el juez Balor, negó haber asesinado a su amigo discapacitado.La contundencia de los testigos y las pruebas descartaron su inocencia y la causa se definió en el Tribunal Penal 1 con su condena. El crimen consternó al barrio Sur Argentino, donde consideraban a Castillo como un hombre amable, que tenía el mismo problema con el excesivo consumo de alcohol que el de su presunto amigo, pero que nunca levantó la sospecha de un desenlace trágico.“Gambeta” Rodríguez seguirá en prisión al menos hasta que cumpla 70 años, y quede en condiciones solicitar finalizar su condena con arresto domiciliario. Vale aclarar, el último cobijo que le facilitaron lo destruyó con un hacha.





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