Señora Directora: En Posadas acaba de aprobarse la Alcoholemia 0 al Conducir, dando un ejemplo de lo que tendría que suceder en toda la Provincia. Y espero que ahora que se abrió el periodo de sesiones de la Legislatura el tema tenga rápido despacho y, en unos pocos meses, podamos decir que Misiones se está liberando de los conductores alcoholizados.Aunque soy consciente de que para esto también hace falta una campaña intensiva de concientización así como la realización de controles estrictos, sin hijos ni entenados, en calles y rutas. Así como el compromiso de un accionar firme de las autoridades municipales que no desautorice la labor que hacen los inspectores en las calles.Sé que para muchos conductores al principio significará fastidio y molestia porque deberán modificar hábitos. Pero para ello valdría la pena rescatar la práctica de ciertos grupos de amigos que en cada ocasión donde se beba alcohol elijen a uno de ellos para que esa noche se abstenga de hacerlo y pueda manejar a la hora del regreso a casa. Ese, el del conductor designado, es quizás el complemento que le faltó a la ordenanza sancionada en Posadas.Llevará un tiempo para que se produzca ese cambio de hábito necesario como para que Misiones deje de ser una de las provincias con mayor siniestralidad vial por culpa del alcohol y pueda reducir de manera significativa el número de víctimas en las rutas (muertes y secuelas permanentes) y, como su consecuencia –hoy que la vida humana parece haber perdido valor y se piensa en dinero contante y sonante– la reducción del enorme costo económico de esos hechos.Hay muchos intereses que se afectarán con esta medida, pero la entiendo necesaria y aplaudo que se la haya adoptado. Claro que –y perdón por mi insistencia– si no se hacen los controles permanentes esta disposición provida podría convertirse en sólo buenas intenciones y letra muerta.
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