¡Los tiempos de la Justicia! En diciembre pasado la fiscal obereña, Miryam Estela Silke, pidió que los tres sospechosos detenidos por su presunta participación en la masacre de la familia Knack fueran a juicio oral y público. Pasaron casi cuatro meses, incluyendo enero, período en que rige la feria judicial, y las partes recién fueron notificadas de esa resolución.En marzo pasado PRIMERA EDICIÓN adelantaba que el juez de Instrucción 2 de Oberá, Horacio Heriberto Alarcón, se apartaba de la investigación porque una sobrina política, abogada ella, asumía la defensa de uno de los acusados en el hecho: Juan Godoy, el hombre que supuestamente manejaba el VW Bora que habría sido visto en los alrededores del escenario de la masacre, antes de que esta sucediera.La causa entonces pasó al Juzgado de Instrucción 3 de San Vicente pero, como este carece de magistrado hace años, la jueza de menores de Oberá, Marta Arrúa, se hizo cargo por subrogación legal.Esta semana, según averiguaciones de este Diario, las partes fueron notificadas del requerimiento fiscal y comenzaron a montar la estrategia defensivas.La fiscal Silke pidió, aparte de que Pablo Paz, Marcial Alegre y Juan Godoy vayan a juicio oral y público, que el militar que estuvo detenido y vinculado a la causa fuera sobreseído definitivamente de culpa y cargo.El argumento fue la falta de mérito, es decir que los indicios en su contra no eran suficientes para mantenerlo sujeto a proceso.Eso sí, hasta donde se sabe nadie le pidió disculpas por la vergüenza que debió soportar en una de las causas más atroces de la historia criminal de la provincia.Otra de las novedades que se dio en la causa es que el abogado penalista Eduardo Paredes se hizo cargo de la defensa del exprefecturiano Pablo Paz, uno de los más comprometidos en la investigación que se inició con la jueza de Instrucción 1 de Oberá, Alba Kunzmann de Gauchat, quien se apartó del expediente después del auto de prisión preventiva contra los tres sospechosos.Marcial Alegre, Juan Godoy y Pablo Paz afrontan cargos por “cuádruple homicidio agravado en poblado y en banda, criminis causae”.En caso de ser declarados culpables serán sentenciados a prisión perpetua.En aquella resolución, Gauchat consideró que en el aberrante episodio participaron otros dos criminales, aparte de los detenidos.La Cámara de Apelaciones, al momento de confirmar lo actuado por la jueza obereña, coincidió con esta posición y pidió a la instrucción que se extremen los esfuerzos para dar con ellos.Carlos Knack, la esposa Graciela Mojsiuk y sus hijos Bianca y Cristian murieron debido a las secuelas de las quemaduras que sufrieron, después de ser rociados con alcohol por los asesinos. El ataque fue el 25 de mayo de 2014, en Panambí.





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