Visitarla con poco tiempo y tratar de ver todo lo que tiene para ofrecer es una misión imposible ya que no se podrá disfrutar al máximo de todo.Entonces, llegado el momento de seleccionar qué va a visitar la decisión es más que difícil ya que será mucho lo que tendrá que descartar. Lo ideal de una visita a esta maravillosa ciudad es como mínimo una semana para poder perderse en sus calles, disfrutar de su gastronomía y deleitarse con todas esas joyas ocultas. Estambul es una de las ciudades más visitadas del mundo y es que, haber sido capital de tres imperios: Romano, Bizantino y Otomano; es un hecho que ningún viajero puede dejar pasar por alto. Caótica y serena, con casi 15 millones de habitantes es la ciudad más grande de Turquía. Nadie puede ser indiferente con los contrastes de una ciudad demasiado oriental para ser europea y excesivamente occidental para ser asiática.Como si de un viaje al pasado se tratara, haciendo turismo en Estambul el viajero se encontrará ante esta histórica y animada ciudad situada entre dos mares, el Mar de Mármara y el Mar Negro; entre dos continentes, Europa y Asia; y entre dos mundos, el tradicional y el moderno.Visitar Santa Sofía y la Mezquita Azul, recorrer el Bósforo en barco, regatear en el Gran Bazar y ver el reflejo del máximo esplendor del Imperio Otomano en el Palacio Topkapi es algo que todo viajero ha deseado o deseará alguna vez en su vida.Barrio TaksimEl barrio de Taksim es uno de los más bonitos e interesantes de Estambul considerado dentro de la zona moderna junto al barrio de Beyoglu. Esta es una de las zonas donde los contrastes culturales de la ciudad resultan más evidentes, no sólo por la mezcla de estilos arquitectónicos de los distintos edificios, sino también por la propia gente que recorre sus calles, la unión entre oriente y occidente, aquí es palpable.El corazón del barrio es la gran plaza Taksim, uno de los núcleos importantes de la ciudad por la gran relevancia de la plaza en la ciudad, es el lugar favorito para la celebración de eventos públicos, aunque también es conocida como punto de partida de diferentes manifestaciones políticas que en numerosas ocasiones terminaron de forma violenta.Su nombre significa “distribución” en turco, y le fue dado debido a que era el lugar en el que se centralizaba la distribución de agua de la ciudad desde 1732. Hasta principios del siglo XX el lugar componía el extremo norte de la ciudad pero con la ampliación de ésta se convirtió en el corazón del nuevo Estambul.Es una zona repleta de bares, restaurantes y algunos de los hoteles más lujosos de la ciudad. En la plaza se conservan el Monumento al Aguador y el Monumento a la República.De ella surge una de las principales arterias comerciales de la ciudad, Istiklal Caddesi (Avenida de la Independencia), una agradable calle peatonal que se puede recorrer utilizando el tranvía nostálgico, que llega hasta la estación del Funicular de Tünel.





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