Uno de los derechos fundamentales de los niños es el de crecer dentro de una familia que le brinde protección, contención, asistencia y amor. Ese es el derecho que se busca garantizar en todos aquellos que, por diversas razones no lo gocen, a través del programa “Cuidados Alternativos de Crianza – Familias Solidarias”, creado por la Resolución 108/2015 que depende de la Defensoría de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes.El principal objetivo es proponer herramientas a los distintos actores sociales, familias que quieran participar para brindar temporalmente y de manera responsable la protección, el alojamiento, cuidado, contención y asistencia temporal a niños sin cuidados parentales, dentro de un ámbito familiar. “La familia de acogida es convocada para garantizar los derechos del niño a vivir en familia. Es convocada en un momento en que el niño está en dificultades”, explicó María Matilde Luna, presidente de la Relaf (Red Latinoamericana de Acogimiento Familiar). Dentro de este programa, las familias en su más diversa concepción, podrán inscribirse y, tras pasar una serie de encuentros con profesionales que las evaluarán, pasarán a formar parte de la lista de familias solidarias en la provincia, y podrán brindar alojamiento por un determinado período a niños que necesiten del cuidado de una familia. “La familia de acogida es una modalidad que por mandato de la convención de los derechos del niño, es el recurso por excelencia para el cuidado alternativo a la familia de origen cuando hay que proceder a la separación”, señaló Luna.Cómo seráTodas las familias interesadas en ser “familias de acogida” deberán comunicarse con la Defensoría de los Niños, Niñas y Adolescentes para informar de su deseo. De ahí en más tendrán conversaciones con profesionales dentro del programa donde “se le preguntará información básica. Después las familias se reunirán con personal técnico, psicólogos, abogados y trabajadores sociales en sucesivas reuniones, las necesarias como para hacer un diagnóstico. En esa instancia se evaluarán las motivaciones, qué es lo que los lleva a postularse como familias de acogida y también habrá una instancia de información donde la familia sabrá con mayor detalle de qué se trata el programa y cuál debería ser el rol de una familia de acogida para que también ellos puedan evaluar si efectivamente lo pueden hacer”, explicó Luna a PRIMERA EDICIÓN. Para formar parte del programa, las familias deben cumplir ciertos requisitos “formales como no tener antecedentes penales, y requisitos de tipo psicológico y social y cultural, deben ser personas con capacidad de comunicarse, de comprender la situación del niño y de la familia de la cual viene el chico y no rivalizar o discriminar. Se evalúa todo eso, los requisitos son formales pero también son de tipo psicológico”, señaló la presidente del Relaf a este Diario.No hace falta ser una familia tipo para ser parte del programa, todas aquellas en su diversidad pueden participar.“Familias monoparentales, familias igualitarias, etcétera. Se busca que tengan condiciones de cuidar, deseo de ayudar a niños con dificultades, que sean familias que estén bien consolidadas, no nos importa la forma, si están casados o no, sino la capacidad de cumplir con cierta función”, agregó.Los tiemposLos tiempos en que las familias recibirán a un niño dentro de su casa no serán tan extensos. Es más, “deberían ser alrededor de seis meses como un tiempo máximo en el cual se debería resolver la situación”. La misma no podrá derivar en una adopción porque “son niños sobre los cuales no está definida la necesidad de adopción si no la necesidad de un cuidado temporal. Esos niños no necesitan una familia que sustituya, como es en la adopción, a su familia de origen. Ellos están en familias que tienen problemas que pueden superar y cuando las familias superen los problemas, los niños pueden volver. Entonces no será adopción, porque los niños tienen familia, sólo que no están en condiciones de hacerse cargo”, explicó Luna.Los destinatariosSon varios los niños que estarán dentro del programa a la espera de una familia que les brinde cobijo y cuidado, haciendo valer su derecho de vivir en familia. De igual manera, según explicó Luna, hay una situación de urgencia que requiere de una pronta atención. “La situación de los niños pequeños que están en hogares”, remarcó. La explicación es clara: “es por el daño que le deviene a un niño estar en un ámbito que no es un ámbito familiar en serio. Por ejemplo, un bebé que está dentro de un ámbito institucional como puede ser un hospital, o chicos de alta médica pero que no tienen condiciones sociales para salir. Entonces, esos niños pequeños en ámbitos residenciales ven muy deteriorado su desarrollo psicomotriz, neuronal, comunicacional, afectivo. Todo se deteriora muy seriamente si está en un ámbito residencial que no es un ámbito que pueda proveer ese cuidado personalizado, pero que suelen ser personas que están y trabajan en turnos rotativos, entonces un bebé ve a cuatro o cinco personas distintas al día. Es un daño que se le produce al niño que tenemos que parar, tenemos que cortar, es muy probable que si hay niños en residencia, pequeños, menores de tres años, las familias de acogida que se busquen puedan ser una respuesta”.Convocatoria abierta“Necesitamos familias”, remarcó Luna y agregó que “esperamos que se sientan convocadas, tranquilas y seguras de que hay una institucionalidad capaz de evaluarlas y protegerlas. Van a tener la posibilidad de cumplir con una misión muy importante que es dar alojo afectivo, además de material, a un niño que está en dificultades y eso es una marca en la historia del niño, porque el rol que estas familias cumplen, sea por un mes o dos o seis, es un rol que le cambia la vida al niño porque es capaz de sostenerlo ya que de otra manera, se caería del mapa”.Cuando las familias sean convocadas y se presenten, va a haber un equipo preparado para evaluarlas. Luna destacó que “la evaluación de las familias de acogida consiste en observarlas como con una lupa. Evaluaremos si esas familias realmente van a ser beneficiadas con la inclusión de un niño, porque muchas veces quieren, pero uno ve en la evaluación que esa familia quizá no va a poder y en definitiva le va a resultar contraproducente acoger a un niño”.“Sepan que cuando una familia no es aprobada no es porque sea mala o deficiente, lo hacemos por cuidado, a lo mejor no es el momento para que esa familia reciba a un niño”, señaló Luna.El acogimiento familiar se constituye en una medida que ofrece la oportunidad de que un menor pueda desarrollarse en una familia que no es la suya al tiempo que mantiene la relación y el v&
iacute;nculo con su familia de origen. “Dar a estos niños y a estas niñas un hogar no es siempre una tarea fácil, ya que traen consigo sus propias ‘mochilas’ de experiencias y emociones. Por esto, es importante que las familias que quieran acoger, además de la generosidad de abrir las puertas de sus casas, tengan paciencia, comprensión”, finalizó.





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